Esta noche, Estados Unidos ha lanzado una serie de bombardeos contra posiciones de milicias vinculadas a Irán en el oeste de Irak, resultando en la muerte de 16 personas, incluyendo civiles, y dejando 25 heridos, según confirmó el gobierno de Irak.
El portavoz del Gobierno iraquí, Bassam al Awadi, denunció estos actos como «una flagrante agresión» que no solo causó pérdidas humanas sino también daños materiales significativos en infraestructura civil y propiedades privadas.
Estas acciones militares de Estados Unidos, extendidas también a Siria, surgen como represalia por la muerte de tres soldados estadounidenses el pasado domingo en el noroeste de Jordania, cerca de la frontera siria, un ataque que Washington atribuye a la Guardia Revolucionaria iraní operando en Siria e Irak. Según declaraciones del presidente Joe Biden, los ataques estadounidenses apuntaron a más de 85 sitios asociados a estas milicias, advirtiendo que «la respuesta no acaba hoy».
Desde Siria, el gobierno expresó su condena a las acciones estadounidenses, calificándolas de peligrosas escaladas que podrían intensificar los conflictos en el ya volátil Oriente Medio. Esta región enfrenta una delicada situación con el conflicto en curso entre Israel y Hamás en Gaza. El Ministerio de Exteriores sirio ha tachado los bombardeos de violación a su soberanía nacional y ha criticado las justificaciones de Estados Unidos para llevar a cabo estos ataques.
Por otra parte, Irak refutó las afirmaciones de coordinación previa por parte de Estados Unidos para estos bombardeos, acusando a Washington de desinformar a la opinión pública internacional. El gobierno iraquí alertó sobre el peligro que estos ataques representan para la seguridad regional y contradicen los esfuerzos por lograr una estabilidad duradera. Además, se criticó a la coalición internacional liderada por EE.UU., implicada en la lucha contra el Estado Islámico, por comprometer la seguridad y la estabilidad de Irak, y por arrastrar al país a conflictos regionales e internacionales.
Irán también se pronunció sobre los incidentes, calificando los bombardeos como violaciones a la soberanía de Irak y Siria, y advirtiendo sobre el aumento de tensiones que estos actos podrían generar en Oriente Medio.
En el ámbito internacional, la Unión Europea, a través de su alto representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, hizo un llamamiento a la moderación para prevenir que la situación en Oriente Medio escale a un punto crítico.
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