Vladímir Putin ha asegurado su continuidad al frente de Rusia hasta 2030, al obtener el 87,3% de los votos en las recientes elecciones presidenciales, según informó la Comisión Electoral Central. Este resultado, el más contundente desde su primera elección en el año 2000, le otorga un quinto mandato presidencial. La reelección de Putin, a los 71 años, no sorprendió a los observadores, dada la ausencia de competencia significativa y una oposición políticamente neutralizada.
El proceso electoral, celebrado del 15 al 17 de marzo, destacó por una participación superior al 70%, incluyendo una amplia cantidad de voto telemático y electrónico, superando la participación en los comicios de 2018 con más de 8 millones de votos emitidos online. A pesar de las críticas sobre la transparencia del voto electrónico por parte de la oposición, Putin ejerció su derecho al voto de manera virtual el primer día.
Ventaja de Putin sobre sus rivales
La escena política rusa mostró una clara ventaja para Putin frente a sus rivales. Nikolái Jaritónov, del partido comunista, siguió distante en las encuestas con solo un 4% de apoyo. Las dudas sobre la legitimidad de estos comicios no se han hecho esperar, con acusaciones de «farsa» por parte de Ucrania y la mayoría de los gobiernos occidentales, quienes instaron a no reconocer los resultados.
La inclusión de las regiones ucranianas ocupadas en las elecciones ha generado especial controversia. A diferencia del resto de Rusia, estos territorios no contaron con observadores internacionales, lo que ha levantado dudas sobre la validez de los votos emitidos allí. La situación se complica con la denuncia de Ucrania sobre la participación forzada de sus ciudadanos en estos comicios, considerándola «ilegal».
Oposición en Rusia
La oposición dentro de Rusia, aunque severamente limitada por represiones, intentó manifestarse. Seguidores de Alexéi Navalny, el líder opositor fallecido en prisión, llevaron a cabo protestas contra el proceso electoral, recibiendo una fuerte respuesta de seguridad, con detenciones y restricciones en el acceso a los lugares de votación.
A nivel internacional, la crítica no se limitó a la cuestión electoral. Los ataques militares entre Rusia y Ucrania durante el período electoral, y las denuncias de Ucrania sobre incursiones rusas, destacan una tensión constante en la región. Líderes occidentales y organizaciones internacionales han condenado la conducta de Rusia, tanto en el ámbito electoral como en su actitud beligerante hacia Ucrania, resaltando la necesidad de una solución pacífica al conflicto.
Este panorama electoral en Rusia, marcado por la ausencia de competencia real y la crítica internacional, deja entrever los desafíos que enfrenta el país en términos de Gobierno y relaciones internacionales, en un contexto de creciente aislamiento y tensiones geopolíticas.