Tras una larga espera de más de una década, Bulgaria y Rumanía se han incorporado al espacio Schengen a partir de la medianoche (22:00 GMT), marcando un hito en su historia europea. Sin embargo, las fronteras terrestres siguen siendo una excepción a esta nueva apertura, debido a la postura de Austria, el único Estado miembro de la Unión Europea que ha expresado reservas, temiendo un aumento en la llegada de solicitantes de asilo de estos dos países, considerados los más desfavorecidos del bloque.
A pesar de estas restricciones, que se mantienen en las carreteras, la adhesión al área de libre circulación se limita a los aeropuertos y los puertos marítimos, lo cual es visto como un avance significativo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha celebrado este acontecimiento, describiéndolo como «un gran éxito» y «un momento histórico para el espacio Schengen», el cual es el más grande del mundo en términos de libre circulación. Von der Leyen subrayó el fortalecimiento y la unión que este paso representa para Europa.
Por otro lado, la ministra de Justicia de Rumanía, Alina Gorghiu, ha manifestado su optimismo respecto a los beneficios económicos que esta incorporación supondrá, anticipando un aumento en la inversión y el turismo gracias a la mejora en la percepción del país. A nivel personal, la adhesión significa mucho para los ciudadanos de ambos países.
Con la entrada de Rumanía y Bulgaria, el espacio Schengen expande su membresía a 29, incluyendo 25 de los 27 Estados miembros de la UE, además de Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia. Es relevante mencionar que Croacia, miembro de la UE más tarde que Rumanía y Bulgaria, se unió al espacio Schengen antes que estos últimos, en enero de 2023, marcando su propio hito en la integración europea.