Este domingo, Francia inicia un proceso electoral anticipado, que en teoría no esperaba hasta el 2027. El país se prepara para renovar su Asamblea Nacional en medio de una situación política inestable y una mayoría gobernante debilitada. La ultraderecha, liderada por Jordan Bardella, se encuentra en una posición prometedora, con la posibilidad de consolidar su avance y llegar al poder.
El detonante de este terremoto político ocurrió la noche del 9 de junio, cuando los sondeos a pie de urna indicaron una clara victoria para la Agrupación Nacional de Bardella. Esto llevó al presidente Emmanuel Macron a dirigirse a la nación y anunciar la disolución de la Asamblea Nacional. «He escuchado vuestro mensaje», afirmó Macron. «No hay nada más republicano que dar la palabra al pueblo soberano», agregó con un tono serio, consciente de que esta decisión podría llevarlo a una temida ‘cohabitación’. A pesar de esto, Macron dejó claro que no tenía intención de dimitir y aceptaría convivir con el gobierno que surja de la nueva mayoría parlamentaria.
Antecedentes de cohabitación en Francia
La ‘cohabitación’ no es un fenómeno nuevo en Francia. Durante la V República, el país ha experimentado tres periodos de cohabitación, el más reciente entre 1997 y 2002. Las encuestas actuales sugieren una cuarta cohabitación inminente. El ‘efecto Macron’, que llevó a Emmanuel Macron a la presidencia en 2017, ha ido perdiendo fuerza frente a una ultraderecha que ha adaptado su discurso y a una izquierda que ha sobrevivido electoralmente gracias a la unidad.
Los principales bloques políticos
El partido de Macron, Renacimiento, se presenta como una opción centrista y moderada, frente a dos grandes bloques rivales. El primero de estos es la Agrupación Nacional, un partido ultraderechista fundado por Jean Marie Le Pen y ahora liderado por Jordan Bardella, un joven eurodiputado que aspira a ser primer ministro. Bardella ha señalado que solo aceptará el cargo si obtiene una mayoría absoluta y ha centrado su campaña en temas como la inmigración y la revisión de las finanzas públicas, que considera «irresponsables».
Los Republicanos, liderados por Éric Ciotti, se han unido al bloque de derechas, rompiendo con su tradición de no aliarse con la ultraderecha. Este movimiento ha generado una ruptura interna y una intervención judicial, pero han acordado no competir entre ellos en varias circunscripciones. Ciotti podría convertirse en ministro en un potencial gobierno de Bardella.
En cuanto a la izquierda, el Nuevo Frente Popular ha surgido como una alianza entre el Partido Socialista y La Francia Insumisa (LFI), liderada por Jean-Luc Mélenchon. A pesar de las especulaciones sobre la posible candidatura de Mélenchon, él ha sugerido que es momento de ceder el paso a nuevas figuras. Olivier Faure, líder del Partido Socialista, ha dejado claro que Mélenchon «no puede ser primer ministro» y que se necesita una figura que pueda «apaciguar» y tender puentes.
Campaña electoral y perspectivas
El actual primer ministro, Gabriel Attal, es el candidato del bloque centrista y ha advertido sobre el riesgo de «saltar al vacío» si su lista no es elegida. Attal ha defendido que su programa económico es el único viable y ha criticado la falta de concreción de Bardella en temas clave como la reforma de las pensiones.
La primera ronda de estas elecciones tendrá lugar este domingo 30 de junio, con una segunda vuelta prevista para el 7 de julio. La Asamblea Nacional está compuesta por 577 diputados, elegidos en circunscripciones uninominales. Para ganar en la primera vuelta, un candidato necesita más del 50% de los votos y representar al 25% del electorado. Si no se cumple esta condición, todos los candidatos que obtengan más del 12,5% de los votos pasan a la segunda vuelta.
La importancia de las alianzas es crucial en este sistema electoral. En la segunda vuelta, los partidos y candidatos deberán evaluar sus opciones y decidir si respaldan a una candidatura rival para minimizar daños, optando por el mal menor.
Futuro político de Francia
El desenlace de estas elecciones legislativas anticipadas se conocerá la noche del 7 de julio. Los sondeos actuales sitúan a la alianza conservadora por delante, con una intención de voto cercana al 30%. Sin embargo, no está claro si podrán alcanzar la mayoría absoluta que Bardella necesita para gobernar sin depender de otros partidos.
La fragilidad de la legislatura saliente, con un gobierno obligado a recurrir a prerrogativas constitucionales para aprobar leyes clave, subraya los riesgos de esta inestabilidad. La Constitución francesa establece que no puede haber una nueva disolución del Parlamento en un plazo de doce meses, lo que obligaría al país a una posible ingobernabilidad temporal.
Macron disuelve la Asamblea Nacional tras la victoria de la ultraderecha en los comicios europeos