El Ariane 6 ha superado la prueba y Europa celebra su independencia espacial. Sobre las 21:00 horas de la noche del martes, coincidiendo con el inicio de la semifinal entre España y Francia, el cohete despegaba por primera vez dirección al espacio desde desde el Puerto Espacial Europeo de la Guayana Francesa. Unos problemas, que finalmente se solventaron, hicieron retrasar el despegue una hora, pero nada comparado con las demoras de cuatro años desde que se esperaba que estuviera operativo, allá por 2020.
Tras el despegue, tenía por delante una misión de tres horas para demostrar que era una realidad. Mide más de 60 metros y puede llevar a la órbita cargas de hasta 21 toneladas. Una de las ventajas es que los países europeos no dependerán de otras naciones en su acceso al espacio, como venía siendo hasta ahora. Es un producto de la Agencia Espacial Europea (ESA) con la colaboración de diferentes territorios.
La ayuda española
La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, ha calificado de «éxito histórico» este lanzamiento. Y, es que, el Gobierno ha contribuido al desarrollo del mismo con una inversión de más de 228 millones de euros, tal y como se ha comunicado. Una dotación que forma parte de las contrataciones de la ESA con el Ejecutivo español a través de la Agencia Espacial Española (AEE), que tiene su sede en Sevilla.