Después de más de dos años y cinco meses en prisión preventiva en Polonia, el periodista vasco Pablo González ha sido liberado y trasladado a Rusia en un intercambio de prisioneros entre ambos países, según un comunicado de su abogado remitido a EFE.
González fue arrestado en febrero de 2022 en la ciudad de Rzeszow mientras cubría la crisis de refugiados en la frontera entre Polonia y Ucrania, en los primeros días de la invasión rusa. Las autoridades polacas lo acusaron de espiar para los servicios secretos rusos, un cargo que ha sido fuertemente contestado por su defensa, alegando que no se presentaron pruebas suficientes para respaldar la acusación.
Durante su detención, González fue sometido a condiciones de aislamiento y restricciones severas en sus comunicaciones, permitiéndosele solo un contacto mínimo con su familia y una breve visita de su pareja. Estas condiciones fueron denunciadas como inhumanas y comparadas con la tortura por diversas organizaciones de derechos humanos y libertad de prensa.
La liberación de González forma parte de un intercambio de prisioneros a gran escala entre Rusia y Occidente que podría incluir también a otros detenidos como el periodista del Wall Street Journal, Evan Gershkovich, y el exmarine estadounidense, Paul Whelan.
Reacciones y contexto
El caso de Pablo González ha atraído la atención de numerosas organizaciones internacionales, como Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP), que han pedido repetidamente a Polonia que asegure un juicio justo o proceda con su liberación inmediata. Las críticas se centraron en la prolongada detención preventiva sin cargos formales, vista como una violación de los derechos humanos y la libertad de prensa.
Familiares y amigos de González, junto con la Asociación #FreePabloGonzález, han señalado la falta de transparencia en el proceso y las duras condiciones de su encarcelamiento, considerándolas una forma de tortura debido a las continuas extensiones de su detención y el aislamiento forzoso.
La liberación de González pone de relieve la importancia de la libertad de prensa y los obstáculos que enfrentan los periodistas en situaciones de conflicto. Este intercambio de prisioneros destaca las tensiones políticas y diplomáticas en curso y cómo estas afectan a profesionales atrapados en el centro de estas disputas.