En medio de un clima de creciente incertidumbre, Venezuela se encuentra en una profunda crisis política tras las elecciones celebradas el domingo 28 de julio. La oposición venezolana y la comunidad internacional han intensificado sus demandas por la publicación de las actas electorales, mientras que la Unión Europea ha manifestado su incapacidad para reconocer los resultados sin «evidencias que lo apoyen». Así lo expresó Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Política Exterior, cuyas declaraciones han provocado una rápida respuesta de Nicolás Maduro.
En un acto conmemorativo de la Guardia Urbana, Maduro respondió a Borrell, acusándolo de ser «una vergüenza que llevó a Ucrania una guerra y ahora se lava las manos; que calla ante la masacre de Gaza». Además, afirmó estar “dispuesto a todo” y exhortó a la Guardia Nacional Bolivariana a mantener el orden.
Las calles de Caracas reflejan una nación dividida. Por un lado, la oposición, encabezada por María Corina Machado, exige el reconocimiento de la victoria de Edmundo González en las elecciones.
Por otro lado, los partidarios de Maduro defienden los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que otorgan al presidente un 51% de los votos.
La Unión Europea, sin embargo, ha solicitado la publicación de todas las actas electorales y ha instado a Maduro a presentar “evidencias” que respalden los resultados, además de poner fin a la represión. Por primera vez, los 27 países miembros de la UE, incluyendo a España, han emitido una declaración conjunta exigiendo transparencia y respeto a los derechos humanos.
El comunicado de la Oficina de Borrell subraya que «sin pruebas que las respalden, los resultados publicados el 2 de agosto por el CNE no pueden ser reconocidos».
Además, señala que las actas publicadas por la oposición y verificadas por organizaciones independientes sugieren que Edmundo González Urrutia sería el verdadero ganador de las elecciones con una mayoría significativa. El retraso en la publicación de las actas oficiales, según la UE, solo aumenta las dudas sobre la credibilidad del proceso electoral.
La UE ha pedido una verificación independiente de las actas por una entidad internacional de prestigio y el respeto a la voluntad del pueblo venezolano como medidas necesarias para superar la crisis humanitaria y económica que atraviesa el país. Además, Borrell ha hecho un llamamiento a la calma y la moderación, instando a las autoridades venezolanas a respetar plenamente los derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión.
La situación se agrava con el creciente número de detenciones. Según la ONG Foro Penal Venezuela, las cifras oscilan entre 980 y 2.000 detenidos, según el propio Maduro. La UE ha exigido el fin de los arrestos arbitrarios, la represión y la retórica violenta contra los opositores, para fomentar una resolución pacífica y democrática a la crisis en Venezuela.