Los intensos vientos desde la noche del domingo, que no permiten extinguir el fuego que azota la isla de Madeira, han obligado a cancelar unos 60 vuelos hacia y desde la isla, provocando que cientos de turistas, entre ellos numerosos españoles, se vean atrapados en la isla portuguesa sin poder regresar a casa.
Desde el pasado domingo, muchos de estos viajeros han visto cómo sus vuelos eran cancelados, mientras que algunos han sido informados de que podrán regresar, aunque aterrizando en un aeropuerto distinto al inicialmente previsto.
Según la información proporcionada por ANA-Aeroportos de Portugal, que gestiona los aeropuertos del país, la mayoría de los vuelos programados desde el domingo hacia o desde Madeira han sido cancelados.
Solo unos pocos vuelos han conseguido despegar, como uno de la aerolínea TAP que partió hacia Lisboa poco después del mediodía. Otros tres vuelos lograron salir el domingo, con destino a Roma, Düsseldorf y Londres, operados por Wizz Air Malta, Eurowings y British Airways, respectivamente.
Incendio en Madeira
El incendio forestal que comenzó el pasado miércoles en la isla de Madeira ha sido combatido eficazmente por los bomberos, quienes han logrado reducir los frentes activos a dos, según informaron las autoridades este lunes. Aunque no se ha informado de la cantidad exacta de hectáreas quemadas, las autoridades han asegurado que no se han producido daños en viviendas ni pérdidas humanas.
De los 160 evacuados desde el miércoles, algunos ya han podido regresar a sus hogares, mientras que otros permanecen en centros de acogida temporal. Aunque las llamas continúan activas en las zonas de Câmara de Lobos y Ribeira Brava, su intensidad ha disminuido significativamente. Las autoridades han establecido cortafuegos en áreas críticas, con trabajos completados en Paul da Serra y casi finalizados en Encumeada. En Curral das Freiras, donde decenas de personas fueron evacuadas, el incendio ha sido completamente extinguido.
En el terreno, más de 190 efectivos de protección civil, apoyados por 40 vehículos y un medio aéreo, continúan trabajando para contener el fuego. A lo largo de estos días, más de 400 bomberos y 120 policías forestales han estado desplegados en turnos para combatir el avance de las llamas, según informaron las autoridades portuguesas.
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