La Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos ha informado este martes al expresidente Donald Trump sobre amenazas reales y específicas provenientes de Irán, que supuestamente planea asesinarle. Este complot se enmarca dentro de ataques continuos y coordinados, tras haber sido objetivo de dos intentos previos.
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Según un comunicado emitido por Steven Cheung, jefe de comunicación de la campaña electoral de Trump, la Inteligencia estadounidense advirtió al exmandatario sobre estos planes de asesinato que buscan desestabilizar y sembrar el caos en Estados Unidos. Cheung agregó que los ataques se han intensificado en los últimos meses, y ya se están tomando medidas para garantizar la seguridad de Trump, con el fin de que las elecciones presidenciales de noviembre se desarrollen sin interferencias.
En sus declaraciones, Cheung también lanzó una crítica directa a la actual vicepresidenta, Kamala Harris, afirmando que el régimen de Irán «ama la debilidad de Harris» y teme la determinación de Trump. «No permitirá que nada se interponga en su camino para luchar por el pueblo estadounidense», subrayó.
Las autoridades de Inteligencia de Estados Unidos ya habían advertido previamente sobre un posible complot iraní para acabar con la vida de Trump. Este plan estaría relacionado con amenazas contra exfuncionarios de su Administración, como represalia por la muerte del general Qasem Soleimani, quien falleció en un bombardeo estadounidense en Irak en enero de 2020.
La relación entre Irán y Estados Unidos se ha caracterizado por una creciente tensión desde el asesinato de Soleimani, un hecho que desató la furia del régimen iraní y abrió la puerta a múltiples amenazas contra figuras clave del gobierno de Trump. Ahora, con la campaña presidencial de 2024 en marcha, este nuevo informe sobre un posible atentado contra el expresidente añade más presión al clima político en el país.
La seguridad de Trump sigue siendo una prioridad para las autoridades, que trabajan de manera coordinada para contrarrestar estos riesgos y asegurar que las elecciones se desarrollen sin influencias extranjeras, especialmente en un momento en que los intereses internacionales podrían jugar un papel crucial en el desenlace de la contienda.