El 26 de septiembre, el canciller de Brasil, Mauro Vieira, se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Yván Gil, con el motivo solicitar un salvoconducto que permita la salida de seis opositores venezolanos que se encuentran refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas, actualmente bajo la responsabilidad de Brasil luego de los hostigamientos por parte de las fuerzas de seguridad de Nicolás Maduro.
Durante esta reunión, la cual tuvo lugar en el contexto de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Estados Unidos, tuvo lugar la discusión sobre la posibilidad de que estos solicitantes de asilo puedan abandonar Venezuela sin temor a represalias.
Según Cable News Network (CNN), Gil respondió que hablaría con el gobierno de Maduro para considerar esta solicitud. En su cuenta de Instagram, Gil mencionó que abordó con Vieira temas de “relaciones bilaterales así como la geopolítica regional y mundial”.
Brasil realizó esta solicitud después de que, el 7 de septiembre, la Cancillería venezolana anunciara la revocación inmediata del beneplácito que le otorgaba la custodia de la embajada argentina en Caracas. Esta decisión fue condenada por varios gobiernos que la consideran una violación de los principios establecidos en la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas. Brasil, por su parte, reafirmó que seguiría representando los intereses de Argentina hasta que otro país considerado admisible fuera designado por el gobierno venezolano.
Sobre los opositores asilados
Los seis opositores, colaboradores del partido Vente Venezuela (liderado por la ex-diputada María Corina Machado), que se encuentran en la Embajada de Argentina son Claudia Macero, Fernando Martínez, Humberto Villalobos, Mottola Magalli Meda, Omar González y Pedro Urruchurtu Noselli. Estos líderes políticos solicitaron protección bajo el motivo de ser víctimas de persecución política por el gobierno madurista.
Desde mayo de 2024, el gobierno de Venezuela ha negado la posibilidad de que estos opositores obtengan un salvoconducto para salir del país. En esa ocasión, un grupo de 27 expresidentes de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) exigió formalmente al gobierno de Maduro que otorgara estos salvoconductos, destacando que el hecho de negarse a proporcionarlos es una violación del tratado de Caracas y una práctica humanitaria esencial para proteger a quienes enfrentan persecuciones políticas.
Brasil se mantiene imparcial
Desde las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, no ha reconocido la victoria de Maduro ni la del candidato opositor, Edmundo González Urrutia, e insiste en la necesidad de que se publiquen las actas electorales. El 6 de septiembre, reiteró que Maduro debe demostrar la legitimidad de su victoria en las elecciones.
Tanto Lula como el presidente colombiano, Gustavo Petro, han intentado mediar diplomáticamente con la crisis venezolana. Sin embargo en una entrevista para CNN el 26 de septiembre, Petro declaró que su país y Brasil no reconocerán a Maduro a menos que se presenten las actas electorales. “Si no hay presentación de actas, no hay reconocimiento”, afirmó durante su participación en la Asamblea General de la ONU.