Este lunes, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, candidatos para las elecciones del 5 de noviembre del partido demócrata y republicano respectivamente, retoman sus campañas presidenciales en Pensilvania, un estado clave en la contienda electoral.
Harris asistirá a Erie, una ciudad al noroeste con tendencia demócrata, mientras que Trump visitará los suburbios del sureste de Filadelfia, en Oaks.
Ambos candidatos han realizado visitas frecuentes a este territorio en disputa: Harris ha estado allí diez veces durante esta campaña, mientras que Trump hizo escalas en Scranton y Reading la semana pasada.
La industria energética, en particular el fracking de gas natural, probablemente será un tema destacado en sus discursos, ya que buscan captar el apoyo de los votantes indecisos. Actualmente, ya ha comenzado la votación por correo y se espera que aproximadamente 7 millones de personas participen en las elecciones presidenciales del estado.
En 2016, Trump superó a la candidata Hillary Clinton en Pensilvania por más de 40.000 votos, lo que contribuyó a su victoria presidencial. Sin embargo, en 2020, Biden, nativo de Scranton, revirtió el resultado y ganó el estado con una ventaja de unos 80.000 votos.
Harris se dirigirá a Erie, un condado considerado un buen indicador de las tendencias electorales estatales, donde coexisten votantes demócratas en la ciudad y republicanos en los suburbios y zonas rurales. Trump, por su parte, organizará un evento en el Centro de Exposiciones de Filadelfia, donde buscará motivar a su base electoral.
Los 19 votos electorales de Pensilvania lo convierten en el estado indeciso más valioso. Aunque los demócratas han ganado las últimas tres elecciones para gobernador y ambos senadores federales son de su partido, la política estatal sigue profundamente dividida, con éxitos recientes para ambos partidos.