Esta noche, Turquía ha llevado a cabo una serie de ataques aéreos, bombardeando 32 objetivos en Irak y Siria, dirigidos a posiciones kurdas.
El ministro de Defensa turco, Yasar Güler, confirmó que varios militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) han muerto durante la operación, grupo que las autoridades turcas consideran como responsable del reciente atentado en Ankara.
El ataque, ocurrido en una empresa de armamento en la capital turca, dejó un saldo de cinco muertos y 22 heridos. Las fuerzas turcas continúan desplegadas en operaciones contra el PKK, grupo considerado terrorista por Turquía y la Unión Europea.
«Realizamos operaciones aéreas contra objetivos terroristas en el norte de Irak y Siria, destruyendo 32 de ellos con éxito. Estas operaciones continuarán con firmeza», aseguró el Ministerio de Defensa en un comunicado difundido por la agencia estatal de noticias Anatolia.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, los bombardeos también alcanzaron la ciudad de Kobane, en la gobernación de Alepo, donde al menos dos personas resultaron heridas.
Esta ofensiva militar sigue las declaraciones del ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya, quien apuntó a una posible conexión entre los autores del atentado en Ankara y el PKK. El ataque en cuestión ocurrió en una importante fábrica de armamento de la capital, donde dos hombres armados, que llegaron en taxi, abrieron fuego. Uno de ellos logró acceder a las instalaciones antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad.
El conflicto entre el Gobierno turco y el PKK se intensificó tras la ruptura del alto el fuego en 2015, lo que ha derivado en frecuentes operaciones militares de Turquía tanto en Irak, donde el PKK tiene varias bases, como en Siria.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, condenó enérgicamente el atentado y expresó sus condolencias a las víctimas, señalando que: «No descansaremos hasta vengar a nuestros muertos».