El gobierno de Venezuela expresó su rechazo hacia la reciente aprobación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos de un proyecto de ley que tiene como objetivo limitar el acceso financiero del presidente Nicolás Maduro.
La legislación, conocida como “Ley Bolívar”, fue presentada por los congresistas Mike Waltz, del partido republicano, y Debbie Wasserman Schultz, del partido demócrata —ambos del estado de Florida— y aún deberá ser ratificada por el Senado y firmada por el presidente de Estados Unidos para convertirse en ley.
Según un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, esta medida pretende obstaculizar las relaciones económicas entre ambos países, lo que constituye una violación a los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas. Caracas calificó esta iniciativa como una “nueva arremetida” que se suma a las más de 930 sanciones unilaterales impuestas por Washington contra el país latinoamericano.
El objetivo de la legislación es rechazar temporalmente la celebración de contratos entre las agencias gubernamentales estadounidenses con entidades que mantengan vínculos comerciales significativos con el gobierno de Maduro. Para la administración venezolana, esta acción representa una violación de la soberanía nacional, y exhortó a los organismos de derechos humanos de la ONU y a la comunidad internacional a condenarla.
Por su parte, la congresista María Elvira Salazar destacó que esta ley busca cortar otra fuente financiera del gobierno de Maduro, a la vez que reafirma el apoyo a Edmundo González Urrutia, a quien varios países consideran el presidente legítimo de Venezuela. González Urrutia, exiliado en España, reclama la victoria en las elecciones presidenciales, denunciando fraude por parte de Maduro.
El panorama internacional sigue dividido respecto al reconocimiento de los resultados electorales, mientras Estados Unidos mantiene una política bipartidista hacia Venezuela. Aún se desconoce si la próxima administración estadounidense retomará la política de presión máxima implementada por Donald Trump o adoptará un enfoque más flexible, como el de Joe Biden, que alivió algunas sanciones petroleras.
El gobierno de Maduro reiteró su disposición a establecer relaciones basadas en el diálogo y el respeto con el futuro presidente estadounidense. Sin embargo, este último episodio demuestra que las tensiones entre ambas naciones permanecen lejos de resolverse.