Un total de 281 trabajadores humanitarios han sido asesinados en todo el mundo, en lo que llevamos de 2024, como consecuencia de ataques directos contra ellos en los países en los que operaban.
Así lo ha denunciado esta semana Tom Fletcher, el máximo responsable de Asuntos Humanitarios y Emergencias de Naciones Unidas. «Los trabajadores humanitarios están siendo asesinados a un ritmo sin precedentes, y su coraje y humanidad se enfrentan con balas y bombas», describía Fletcher este viernes desde la sede de la ONU en Nueva York.
Y, aunque la guerra en Gaza está aumentando las cifras, con más de 320 miembros del personal humanitario asesinados o fallecidos desde el 7 de octubre de 2023 (algunos de ellos mientras prestaban asistencia humanitaria), «la amenaza contra ellos -señalaba el alto ejecutivo de Naciones Unidas- se extiende también a otros países como Afganistán, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Sudán, Ucrania y Yemen».
Estos trabajadores, según Fletcher, se ven sometidos a «altos niveles de violencia, secuestros, lesiones, hostigamientos y detenciones arbitrarias», por lo que recordaba a los estados y a las partes en conflicto su «deber proteger a las personas humanitarias, defender el derecho internacional, enjuiciar a los responsables y poner fin a esta era de impunidad».