Al menos 17 personas están desaparecidas, mientras que 28 han sido rescatadas, entre ellos cinco españoles que se encuentran en buen estado. Las Fuerzas Armadas egipcias han desplegado una fragata y aviones para intensificar las operaciones de búsqueda del naufragio.
Un trágico incidente ha ocurrido este lunes frente a las costas de Marsa Alam, en el mar Rojo, cuando un barco con 45 personas a bordo, entre ellos 31 turistas de diversas nacionalidades, se hundió durante una excursión de submarinismo. Según ha informado Amr Hanafi, gobernador de la provincia del Mar Rojo, las operaciones de rescate han logrado salvar a 28 personas, entre las que se encuentran cinco ciudadanos españoles, quienes se encuentran bien y en contacto con las autoridades.
Despliegue de medios para las labores de rescate
El suceso tuvo lugar a las 5:30 horas locales, momento en que la embarcación emitió una señal de alarma tras comenzar a hundirse. Ante la gravedad de la situación, las Fuerzas Armadas de Egipto han desplegado una fragata y aviones para reforzar las labores de búsqueda. Los rescatados han recibido ya la atención médica necesaria, tal y como ha informado el gobernador a través de un comunicado en redes sociales.
Hanafi ha expresado su agradecimiento a los equipos implicados en las operaciones y ha destacado su compromiso de informar de cualquier novedad sobre los desaparecidos o víctimas. Por el momento, no se ha confirmado la existencia de fallecidos, aunque las búsquedas continúan con firmeza.
Un viaje de recreo que terminó en tragedia
El barco, utilizado para actividades turísticas, transportaba turistas y catorce tripulantes en el momento del accidente. Según las primeras informaciones, el hundimiento se produjo durante una excursión de submarinismo, actividad muy popular en las aguas del mar Rojo por su biodiversidad marina.
Este tipo de incidentes subraya los riesgos que pueden surgir en excursiones marítimas y plantea cuestiones sobre las condiciones de seguridad de las embarcaciones en zonas turísticas. Las autoridades egipcias investigan las causas del naufragio, mientras los esfuerzos se centran en encontrar a los 17 desaparecidos.
El incidente en Marsa Alam supone un nuevo reto para Egipto en la gestión de la seguridad en su costa turística, un destino conocido por su belleza natural pero no exento de riesgos.