Un total de 188 drones contra 17 regiones ucranianas. Así fue el ataque masivo llevado a cabo por Rusia contra territorio ucraniano a principios de semana, un ataque que, según la ONU, constituye «una cifra récord de agresiones con estos artefactos en un solo operativo».
Así, y ante las «señales alarmantes de una mayor escalada en la guerra en Ucrania«, según afirman desde la ONU, el Consejo de Seguridad, el máximo órgano de toma de decisiones de Naciones Unidas, está analizando y abordando la problemática que supone el hecho de que Rusia esté empleando nuevo armamento contra los ucranianos.
Es el caso del nuevo misil balístico ruso de alcance intermedio que se lanzó contra la ciudad ucraniana de Dnipro el pasado 21 de noviembre, y que impactó en una zona industrial al suroeste de la ciudad.
«Según las autoridades ucranianas, el misil estaba equipado con seis ojivas, cada una con seis submuniciones, y tardó sólo 15 minutos en llegar desde el lugar de lanzamiento en la región de Astrakhan, en Rusia, a unos 1.000 kilómetros de Dnipro», según Miroslav Jenca, subsecretario de la ONU para Europa y Asia Central del Departamento de Asuntos Políticos ante el Consejo de Seguridad.
El presidente ruso, Vladimir Putin confirmó después del ataque que su país había probado el nuevo misil convencional de alcance intermedio ‘Oreshnik‘ como respuesta al lanzamiento de misiles de largo alcance contra territorio ruso que realizó Ucrania con armas suministradas por los países occidentales.
Después de ese bombardeo, Rusia advirtió de que seguiría probando el nuevo misil y anunció que podría hacer nuevos lanzamientos en vista de nuevos ataques ucranianos contra objetivos militares rusos con más misiles de largo alcance provistos a Ucrania por Occidente.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos cifra en más de 12.100 las muertes de civiles desde el inicio de la guerra en 2022 y los heridos sumarían casi 27.000.