El cese de Michel Barnier como primer ministro de Francia ha provocado una crisis política sin precedentes, con el presidente Emmanuel Macron obligado a designar rápidamente a un sucesor para evitar el estancamiento institucional. La izquierda, liderada por el Nuevo Frente Popular (NFP), exige el nombramiento de uno de sus miembros como condición para no bloquear al próximo gobierno.
La líder parlamentaria de La Francia Insumisa (LFI), Mathilde Panot, dejó clara su postura en una entrevista: “Si Macron no nombra a un primer ministro del NFP, censuraremos automáticamente el Gobierno”. Este bloque, que incluye al Partido Socialista (PS) y otros partidos de izquierda, logró imponerse como la fuerza con más escaños tras las elecciones de julio, aunque sin mayoría suficiente para gobernar en solitario.
Francia destituye a Michel Barnier como primer ministro tras una moción de censura histórica
Un contexto complicado tras la censura histórica
El gobierno de Michel Barnier cayó tras una moción de censura que contó con el inesperado respaldo de la ultraderecha de Marine Le Pen, un hecho que no ocurría en Francia desde hace más de 60 años. Este revés político refleja la profunda división en la Asamblea Nacional, donde el partido de Macron, Renaissance, ha perdido capacidad de maniobra.
Barnier presentó su dimisión este jueves tras reunirse con Macron en el Palacio del Elíseo, mientras el presidente inició consultas con los líderes de ambas cámaras del Parlamento. La presidenta de la Asamblea Nacional, Yael Braun-Pivet, destacó en declaraciones a France Inter la urgencia de formar gobierno “rápidamente” para retomar las negociaciones presupuestarias, cuya falta de consenso precipitó la destitución del primer ministro.
Posibles candidatos para un relevo exprés
Los analistas políticos en Francia coinciden en que Macron buscará un reemplazo en cuestión de días, evitando alargar una situación que podría debilitar aún más su presidencia. Entre los posibles nombres destaca el actual ministro de Defensa, Sébastian Lecornu, aunque este ha rechazado públicamente cualquier aspiración al puesto.
Por su parte, la exministra y candidata socialista Ségolène Royal se ha ofrecido como alternativa desde la izquierda, argumentando que es «capaz de unir y aportar experiencia». Royal incluso escribió directamente a Macron proponiéndose para liderar un gobierno que incluya a las fuerzas progresistas.
Desafíos para el futuro inmediato
El próximo primer ministro no solo deberá reunir apoyos en un Parlamento fragmentado, sino también gestionar un escenario económico y social tenso, marcado por las demandas de los chalecos amarillos, los debates sobre la reforma de pensiones y la incertidumbre en torno a los presupuestos nacionales.
Con un Nuevo Frente Popular dispuesto a bloquear cualquier intento de continuar con las políticas «macronistas» y una derecha ultranacionalista en auge, Macron enfrenta el reto más complejo de su mandato. La elección del sucesor de Barnier será crucial para garantizar la estabilidad de su gobierno en los próximos meses.