Cinco años después del fatal incendio que sumió a los parisinos, a los franceses y a los amantes del arte en general en la tristeza, tras contemplar cómo la icónica catedral de Notre-Dame de Paris ardía en llamas, este sábado 7 de noviembre la majestuosa muestra de la arquitectura gótica francesa ha vuelto a ver la luz.
Emmanuel Macron visita Notre Dame antes de su reapertura, cinco años después del devastador incendio
En una ceremonia presidida por el presidente galo, Emmanuel Macron, y a la que también asisten, entre otras autoridades, sus homólogos estadounidense, Donald Trump, y ucraniano, Volodímir Zelenski, Notre-Dame ha resurgido y, a partir de este domingo, ya estará abierta al público.
También asisten a la ceremonia anteriores presidentes franceses, como Nicolas Sarkozy, y representantes de monarquías europeas, como los reyes de Bélgica, el príncipe Alberto de Mónaco o el príncipe Guillermo de Inglaterra. No ha trascendido por qué no ha habido presencia española.
Y cómo no, en una conmovedora ceremonia, están presentes los bomberos parisinos, gendarmes y servicios de emergencias que lucharon contra el fuego. A ellos, «y a todos los que han ayudado (electricistas, carpinteros, ilustradores, artesanos, escultores, restauradores, historiadores, empresas de todo el mundo, ciudadanos que han contribuido económicamente…) a que la catedral de París haya recuperado su esplendor» se ha referido Macron en un discurso emotivo y cargado de «esperanza», con una catedral «más bella si cabe» que hace cinco años.
El encargado de oficiar la ceremonia, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, ha agradecido a Emmanuel Macron que haya cumplido su «promesa». Tras el incendio, el presidente galo prometió que Notre Dame se reconstruiría, como así ha sido, en cinco años.
En las labores de reconstrucción de Notre Dame han participado, en estos cinco años, alrededor de 250 empresas y cientos de expertos, gracias a donaciones procedentes de todo el mundo, que llegaron a convertirse en más de 800 millones de euros.