Esta decisión, que se produce después de una histórica moción de censura en la Asamblea Nacional el pasado 4 de diciembre, tiene como objetivo formar un nuevo gabinete en un contexto político complicado. Aunque Bayrou, líder del Movimiento Democrático (Modem), cuenta con experiencia en el gobierno, su misión de lograr más apoyos que su predecesor se presenta difícil.
La moción de censura que destituyó al gobierno de Barnier fue apoyada por los grupos de izquierda y de ultraderecha, un hecho inédito en más de medio siglo de política francesa. Este giro político dejó a Macron ante la necesidad de buscar un nuevo primer ministro que pudiera atraer consenso en una situación parlamentaria dividida.
Bayrou ministro en varias ocasiones
En este nuevo intento, Macron ha decidido acercarse más a los partidos de izquierda, con la excepción de La Francia Insumisa (LFI), pero, finalmente, ha optado por confiar nuevamente en una figura de su propio espectro político, François Bayrou. A sus 73 años, Bayrou, alcalde de Pau y con un largo recorrido como ministro en varias etapas, fue designado para liderar el nuevo gobierno tras una reunión en el Elíseo con Macron, donde se cerró su nombramiento.
El líder del Partido Socialista, Olivier Faure, que había sido considerado como un posible apoyo para el gobierno, rechazó la designación de Bayrou, exigiendo un primer ministro de izquierda y anunciando que su formación no respaldaría al nuevo jefe de gobierno. Dentro del bloque del Nuevo Frente Popular (NFP), el coordinador nacional de La Francia Insumisa, Manuel Bompard, ya ha advertido que volverán a presentar una nueva moción de censura con el objetivo de hacer caer a Bayrou y, por ende, a Macron. Bompard calificó el nombramiento de Bayrou como un «nuevo corte de manga a la democracia».
Este nombramiento no implicará una censura automática
Por su parte, el líder de la Agrupación Nacional, Jordan Bardella, mostró una postura más cautelosa, indicando que, a priori, el nombramiento de Bayrou no implicará una censura automática por parte de su partido. Sin embargo, Bardella recordó que la formación mantendrá sus líneas rojas en cuanto a sus exigencias políticas, dejando claro que «la pelota está en el tejado de François Bayrou».
Este nombramiento marca un nuevo capítulo en la política francesa, en un contexto de tensiones políticas internas y con un gobierno que, desde su formación, ha tenido que enfrentar una creciente fragmentación parlamentaria. Los próximos pasos de Bayrou como primer ministro definirán el rumbo político del país en un clima de creciente polarización.