Las autoridades rusas han informado este miércoles de la detención de un ciudadano de Uzbekistán, sospechoso de estar implicado en el atentado con bomba perpetrado en Moscú, que acabó con la vida del teniente general Igor Kirillov, jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, y uno de sus asistentes. Según el Servicio Federal de Seguridad (FSB), el ataque fue orquestado por los servicios especiales ucranianos y ejecutado con un explosivo colocado en un patinete eléctrico cerca de la vivienda de la víctima.
Investigación y detención del sospechoso
El FSB ha señalado que la detención del sospechoso fue resultado de medidas operativas y de investigación llevadas a cabo en coordinación con el Ministerio del Interior y el Comité de Investigación Ruso. Las autoridades han indicado que el hombre, cuya identidad no ha sido revelada, fue reclutado por los servicios especiales ucranianos, quienes le proporcionaron un explosivo de alta potencia fabricado de manera artesanal.
El sospechoso habría llegado a Moscú siguiendo instrucciones precisas: colocar el explosivo en un patinete eléctrico frente a la entrada de la residencia del general Kirillov. Además, instaló una cámara de vídeo con conexión WiFi en el interior de un coche alquilado para vigilar los movimientos del militar. Según el FSB, las imágenes captadas por esta cámara fueron transmitidas en tiempo real a los organizadores del ataque, ubicados en la ciudad ucraniana de Dnipró.
Cuando los oficiales abandonaron la vivienda, el explosivo fue activado de manera remota. A cambio de su colaboración, los servicios especiales ucranianos habrían prometido al detenido 100.000 dólares y residencia en un país de la Unión Europea (UE).
Consecuencias del atentado
El Kremlin ha calificado el ataque como un acto de terrorismo, señalando directamente a Kiev como responsable. Durante una rueda de prensa, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, destacó que este atentado confirma «la necesidad» de la operación militar en Ucrania y evidencia «de qué son capaces las autoridades ucranianas». Peskov afirmó que los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad rusas están trabajando activamente en la investigación y que los responsables del ataque recibirán el castigo que merecen.
Por su parte, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha reivindicado la autoría del atentado, calificando a Kirillov como un «criminal de guerra» y un «objetivo legítimo». Cabe recordar que el general fue imputado recientemente por el SBU por su presunta implicación en el uso de armamento químico durante la invasión de Ucrania, iniciada en febrero de 2022.
Perfil de Igor Kirillov y su rol en las Fuerzas Armadas
Desde 2017, Kirillov lideraba las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica, una unidad clave en la lucha contra los efectos de las armas de destrucción masiva. Entre sus responsabilidades, se incluían operaciones de seguridad civil ante accidentes nucleares, biológicos o químicos, así como la defensa frente al uso de armamento no convencional en contextos de guerra.
El atentado, que ha conmocionado a la opinión pública rusa, representa un duro golpe para las Fuerzas Armadas del país y pone de relieve la creciente sofisticación de los métodos utilizados en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Investigación en curso
El detenido permanece bajo custodia y se enfrenta a una posible cadena perpetua por los crímenes cometidos. Las autoridades rusas han reiterado su compromiso de encontrar y juzgar a todos los implicados en la planificación y ejecución del atentado, incluyendo a los oficiales de los servicios especiales ucranianos que coordinaron el ataque desde el extranjero.
Mientras tanto, la investigación continúa abierta, con el objetivo de esclarecer todos los detalles de este caso, que Moscú considera un ejemplo más de lo que ha calificado como la «guerra híbrida» impulsada por Kiev.