Este miércoles 8 de enero se cumplirá un mes desde que Bashar al-Assad fue derrocado del poder en Siria por grupos salafistas yihadistas que ahora han asumido el gobierno transitorio del país.
Y es el nuevo panorama que se cierne sobre Siria (incierto, pero diferente al del anterior régimen, que no contaba con el apoyo de las principales potencias occidentales) el que está propiciando que muchos países de la comunidad internacional hayan decidido apoyar el nuevo rumbo que está adoptado el país.
Es el caso de Estados Unidos, que ha anunciado la emisión de una licencia por periodo de seis meses para autorizar ciertas transacciones con el nuevo Gobierno sirio a partir de este miércoles 8 de enero.
La licencia, que ha sido emitida por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro, tiene como objetivo que las sanciones estadounidenses «no obstaculicen las actividades destinadas a satisfacer las necesidades básicas de la población, incluida la prestación de servicios públicos o la asistencia humanitaria en Siria«, según han informado desde la propia entidad.
Aunque desde la Administración Biden afirman que «continúan monitorizando la evolución de la situación» en Siria, Estados Unidos está firmemente decidido a apoyar al nuevo régimen, del que se espera que contribuya a la «reconstrucción» del país.
«Durante este período de transición, el Tesoro continuará apoyando la asistencia humanitaria y la gobernanza responsable en Siria», aseguraba el subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo.
Siria, «una de las jurisdicciones más sancionadas» por EE. UU.
Las sanciones estadounidenses, por «la brutalidad del régimen de Al-Assad contra el pueblo sirio», según la descripción que se efectúa por parte de la Administración Biden, habían convertido a Siria «en una de las jurisdicciones más sancionadas» por la OFAC.
Pero ahora, «dadas las circunstancias extraordinarias, y para apoyar al pueblo sirio en la construcción de un futuro más esperanzador, seguro y pacífico», el Departamento del Tesoro quiere garantizar que los sirios «puedan recibir electricidad, energía, agua y saneamiento», por lo que ha autorizado transacciones con el nuevo Gobierno sirio que estén encaminadas hacia la consecución de esos objetivos.
Este ‘alivio’ temporal de las sanciones (que estaban recogidas en diferentes reglamentos, entre ellos el de sanciones contra el terrorismo mundial y contra organizaciones terroristas extranjeras) no desbloquea, y así se hace constar desde el Departamento del Tesoro, otras sanciones en las que están incluidos Al-Assad y su entorno o el grupo terrorista HTS, que curiosamente está (o, al menos, estaba) liderado por Mohamed al-Bashir, nombrado presidente interino del gobierno de transición de país.
Una semana sin Al-Assad en Siria: ¿quiénes son los salafistas yihadistas que han tomado el poder?