El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha ordenado este jueves una demora en la excarcelación de presos palestinos en el marco del acuerdo de alto el fuego con Hamás. La decisión llega después del caos vivido durante la liberación de siete rehenes en el sur de la Franja de Gaza, en la que fueron entregados dos israelíes y cinco ciudadanos tailandeses por parte de Yihad Islámica.
Hamás abre la puerta a ceder el control de Gaza tras el alto el fuego
Israel exige garantías para futuras liberaciones de presos
En un comunicado oficial, la oficina de Netanyahu ha explicado que la medida se ha tomado junto al ministro de Defensa, Israel Katz, y que la excarcelación de los prisioneros palestinos se aplazará hasta que se garantice la seguridad de los rehenes en próximas entregas.
«Israel pide a los mediadores que logren esto», ha declarado el gobierno israelí, en referencia a los negociadores de Qatar, Egipto y Estados Unidos, que han mediado en el acuerdo de alto el fuego vigente desde el 19 de enero.
Escenas de caos en la liberación de rehenes
Las tensiones se dispararon tras la entrega de los rehenes Arbel Yehoud y Gadi Mozes, junto a los cinco tailandeses, a un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en la ciudad de Jan Yunis. Netanyahu calificó de «impactantes» las imágenes del proceso y denunció la «brutalidad inconcebible» de Hamás.
«Pido a los mediadores que eviten que escenas así se repitan y garanticen la seguridad de nuestros rehenes», declaró el primer ministro. «Cualquiera que intente hacerles daño pagará el precio», advirtió.
Un tercer intercambio en el marco del alto el fuego
Horas antes, las Brigadas Ezzeldín al Qassam, brazo armado de Hamás, habían liberado en Yabalia a Agam Berger, una militar israelí capturada el 7 de octubre en el asalto al puesto de Nahal Oz. A cambio, Israel debía proceder a la liberación de decenas de prisioneros palestinos.
Este intercambio es el tercero dentro del acuerdo de tregua, que prevé la liberación de 33 rehenes, de los cuales ocho habrían muerto en cautiverio, según confirmó el gobierno israelí la semana pasada. A cambio, Israel se comprometió a la excarcelación de más de 1.900 presos palestinos.
La crisis generada por el caos en la última entrega de rehenes ha puesto en riesgo la continuidad del acuerdo y ha llevado a Netanyahu a endurecer su postura, exigiendo mayores garantías para las futuras fases de la negociación.