La noche del lunes, dos aviones transportando un total de 190 migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos aterrizaron en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, ubicado en Maiquetía y que sirve a la ciudad de Caracas, como parte del proceso de repatriación acordado entre ambos países y fue transmitido en vivo a través del canal estatal durante el programa semanal del dictador Nicolás Maduro.
Cada avión trasladó a 95 migrantes y, según las imágenes difundidas por la televisora oficial, la mayoría de los pasajeros eran hombres vestidos con sudaderas y sin equipaje visible. Estas personas fueron recibidas por funcionarios del gobierno venezolano, quienes aseguraron que se les sometería a chequeos médicos y que revisarían los antecedentes penales de algunos de los repatriados.
“Ese cuento de que todos tienen antecedentes penales es mentira”
El ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, encabezó la recepción de los vuelos y ofreció declaraciones desde la terminal aérea, señalando que se llevarían a cabo procedimientos de control para determinar si alguno de los migrantes tenía antecedentes criminales o estaba vinculado con actividades delictivas. En su intervención, destacó que estas medidas buscan garantizar la seguridad del país y evitar que individuos con historial delictivo representen una amenaza dentro del territorio venezolano.
El gobierno de Venezuela ha manifestado en varias ocasiones su preocupación por la posible presencia de personas ligadas a bandas criminales en estos grupos de deportados. En su comunicado oficial, se mencionó la posibilidad de que algunos de los migrantes estuvieran relacionados con la organización delictiva Tren de Aragua, una de las bandas criminales más peligrosas de la región. Según el gobierno, estos individuos serán investigados y sometidos a las acciones correspondientes dentro del sistema de justicia venezolano.
Permisos especiales y relaciones con EE.UU.
Durante la transmisión televisiva, Maduro destacó que el gobierno del presidente Donald Trump otorgó las licencias necesarias para que los aviones de la aerolínea estatal CONVIASA pudieran operar en suelo estadounidense, a pesar de que la compañía se encuentra sancionada por Washington. Esta autorización permitió la ejecución de los vuelos como parte del acuerdo de repatriación entre ambos países.
El mandatario venezolano aprovechó la ocasión para reiterar su propuesta de establecer una “agenda cero” con el gobierno estadounidense, buscando un reinicio en las relaciones bilaterales basado en el respeto mutuo y el entendimiento. “Venezuela asume la necesidad, desde la diplomacia bolivariana de paz, de construir una agenda de un nuevo inicio en relaciones históricas de respeto, comunicación y entendimiento con los Estados Unidos de Norteamérica”, afirmó Maduro durante su intervención.
Asimismo, insistió en que la migración venezolana ha sido consecuencia directa de las sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional, las cuales han afectado negativamente la economía del país. Según el mandatario, más de la mitad de los venezolanos que emigraron han regresado, y expresó confianza en que los demás también lo harán con el tiempo.
Ruta de los vuelos y supervisión del proceso
Registros de vuelo disponibles al público indican que las dos aeronaves partieron desde Caracas con destino a Cancún, México, y posteriormente se dirigieron a la base militar de Fort Bliss, ubicada en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas. Una vez allí, permanecieron durante varias horas antes de emprender el retorno a Venezuela, haciendo nuevamente una escala en Cancún antes de aterrizar en el país sudamericano.
La Casa Blanca confirmó oficialmente el inicio de los vuelos de repatriación y aseguró que el proceso fue supervisado por el enviado especial del presidente Trump, Richard Grenell, quien estuvo presente para coordinar y verificar la operación. Grenell había viajado a Caracas a principios de febrero para reunirse con Maduro y ultimar los detalles del acuerdo, mediante el cual Venezuela aceptó recibir a todos los migrantes irregulares venezolanos detenidos en Estados Unidos.
¿Cuál es el acuerdo de repatriación?
El proceso de deportación de migrantes venezolanos desde Estados Unidos fue acordado en octubre de 2023, cuando Caracas y Washington pactaron el retorno de personas que hubieran ingresado al territorio estadounidense después del 31 de julio de ese año y que no contaran con una base legal para permanecer en el país. Sin embargo, en enero de 2024, Venezuela suspendió temporalmente la recepción de estos vuelos en respuesta a la decisión de la administración de Joe Biden de reimponer sanciones a la empresa estatal de oro venezolana.
A pesar de esta pausa, la nueva administración de Trump retomó las negociaciones con Caracas, permitiendo la reanudación de los vuelos. El zar de la frontera de Estados Unidos, Tom Homan, había adelantado días antes que las deportaciones desde EE.UU. hacia Venezuela se llevarían a cabo en los siguientes 30 días, y finalmente, este lunes se materializaron con los primeros dos vuelos de repatriación.
Perspectivas y desafíos
La reactivación de los vuelos de deportación marca un nuevo capítulo en la relación entre Venezuela y Estados Unidos, en un contexto donde ambos gobiernos buscan redefinir sus dinámicas de cooperación. Mientras que Washington ha reforzado su política de control migratorio, Venezuela insiste en que las sanciones económicas han sido el factor clave que ha impulsado la salida masiva de ciudadanos en los últimos años.
El gobierno venezolano ha reiterado su intención de continuar recibiendo a los migrantes deportados y brindarles oportunidades para reintegrarse a la sociedad. Sin embargo, la presencia de posibles elementos delictivos entre los repatriados sigue siendo una preocupación y podría generar desafíos en términos de seguridad.
A medida que avanza este proceso, tanto organizaciones de derechos humanos como analistas políticos estarán atentos a la evolución de la situación, evaluando las condiciones en las que se lleva a cabo la repatriación y el impacto que tendrá en la población venezolana que regresa al país.