lunes, febrero 24, 2025
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Guerra en Ucrania: tres años desde el inicio de la invasión rusa

En el tercer aniversario de la invasión rusa, los líderes de Ucrania reafirman su compromiso con la soberanía y la integridad territorial ucraniana desde Kyiv

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Este 24 de febrero se cumplen tres años desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, un conflicto que sigue marcado por la devastación, la lucha por la soberanía ucraniana y la creciente tensión geopolítica a nivel global. Conmemorando este trágico suceso, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se ha reunido en una sesión de alto nivel que abordado la situación actual del conflicto y el proyecto de resolución presentado por Estados Unidos, que busca una “paz duradera” entre Rusia y Ucrania.

Las principales víctimas: los civiles

A lo largo de estos tres años, las consecuencias para la población civil han sido devastadoras. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR), hasta el 11 de febrero de 2025, se han documentado 41.783 víctimas civiles, entre las que se incluyen al menos 12.605 muertos. La situación sigue siendo crítica, especialmente en áreas urbanas donde los ataques aéreos rusos han destruido infraestructuras clave, como hospitales y escuelas. En total, 786 instalaciones médicas y 1.662 centros educativos han sido dañados o destruidos, dejando a millones de personas sin acceso a servicios básicos en medio de temperaturas extremadamente bajas durante la época de invierno.

Hablamos de un conflicto que ya representa una de las mayores crisis humanitarias de las últimas décadas. Según la Cruz Roja, tres años después del inicio de la invasión, 18 millones de personas se han visto afectadas, lo que representa casi la mitad de la población de Ucrania. De estos, 3,6 millones siguen desplazados internamente, mientras que otros 6,8 millones han huido al extranjero, en lo que ya se considera el mayor éxodo de población en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Por otro lado, la preocupación por la seguridad nuclear continúa siendo un tema crucial, especialmente tras los recientes ataques a las instalaciones de Chernobyl. Según Rafael Mariano Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), los riesgos que supone el conflicto para la seguridad nuclear siguen siendo una amenaza constante.

La respuesta de la comunidad internacional

A nivel internacional, la reacción al conflicto ha sido mixta, con tensiones cada vez mayores entre los aliados de Ucrania, especialmente entre Estados Unidos y sus socios europeos. A principios de este mes, el presidente de EE. UU. Donald Trump, y el presidente ruso Vladimir Putin, acordaron iniciar negociaciones para poner fin a la guerra, lo que generó preocupaciones en Kiev y en las capitales europeas sobre el posible aislamiento de Ucrania en las conversaciones de paz. El presidente ucraniano Volodimir Zelensky ha dejado claro en numerosas ocasiones que Ucrania no aceptará un acuerdo de paz sin su participación directa.

Francia, Alemania, Italia, Polonia y el Reino Unido han reafirmado su posición, subrayando la necesidad de que Ucrania esté incluida en cualquier negociación de paz. En un comunicado oficial, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España reiteró su «más rotunda condena» a la agresión y exigió «su fin inmediato y la retirada de las tropas rusas de todo el territorio de Ucrania». España se suma así a las múltiples voces que insisten en que cualquier solución debe pasar por el respeto a la soberanía e integridad territorial ucraniana.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto votar sobre un proyecto de resolución presentado por Estados Unidos que pide un fin inmediato al conflicto. La propuesta, que subraya el objetivo de una paz duradera entre Rusia y Ucrania, marca un hito al ser la primera resolución del Consejo sobre el conflicto desde el comienzo de la invasión rusa. Este texto ha sido recibido con escepticismo por algunos miembros del Consejo, especialmente debido a la falta de consulta previa con los países involucrados.

Una diplomacia internacional polarizada

En cuanto a la posibilidad de un alto al fuego, se observa un creciente consenso diplomático sobre la necesidad de un cese del conflicto. El Coordinador Humanitario de la ONU en Ucrania, Matthias Schmale, destacó en una entrevista publicada por el mismo organismo, existe la necesidad gestionar la reintegración de los soldados traumatizados, el regreso de millones de refugiados y la situación de los ucranianos que aún viven en territorios ocupados por Rusia. Según Schmale, la ONU se está preparando para diversas situaciones post-conflicto, incluyendo el establecimiento de una zona desmilitarizada y la provisión de ayuda humanitaria.

Sin embargo, las perspectivas a corto plazo no parecen optimistas. La comunidad internacional sigue dividida sobre las estrategias a seguir, y las diferencias entre los enfoques de Estados Unidos y Europa siguen marcando las discusiones en torno al conflicto. A medida que la guerra entra en su cuarto año, el sufrimiento de los ucranianos sigue siendo el mayor recordatorio de la urgente necesidad de una solución pacífica y justa.

Votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas

La Asamblea General de las Naciones Unidas se ha convertido en un escenario de tensiones diplomáticas en torno a la guerra en Ucrania. En una sesión marcada por el tercer aniversario del inicio de la invasión rusa, Estados Unidos ha votado en contra de una resolución promovida por Ucrania que exigía la retirada inmediata de las tropas rusas, mientras que se ha abstenido en otra propuesta impulsada por su propia delegación, tras la introducción de enmiendas promovidas por países europeos.

La resolución presentada por Ucrania reclamaba que Rusia retirase «de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares». Pese a las divisiones, el texto salió adelante con 93 votos a favor, 18 en contra —entre ellos, los de Estados Unidos y Rusia— y 65 abstenciones.

En paralelo, la Asamblea también aprobó una resolución promovida por la delegación estadounidense. Sin embargo, Estados Unidos decidió abstenerse después de que los países europeos consiguieran introducir modificaciones clave. En total, el documento recibió 93 votos a favor y ocho en contra, con Rusia también en la oposición.

Cambios en la resolución estadounidense

Las enmiendas incorporadas a la resolución de EE.UU. Fueron impulsadas por Francia en nombre de 23 países de la Unión Europea, además de Reino Unido. Entre ellas, se incluye una defensa explícita de «la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas». Otra modificación reemplazó la mención a una «paz duradera entre Ucrania y Rusia» por «una paz justa, duradera y completa entre Ucrania y Rusia en línea con la Carta de Naciones Unidas y los principios de igualdad soberana e integridad territorial de los Estados».

Por otro lado, la Asamblea rechazó por amplia mayoría —71 votos en contra frente a 31 a favor— una enmienda propuesta por Rusia. Esta modificación buscaba agregar un llamamiento para abordar «las causas subyacentes» del conflicto, un término utilizado frecuentemente por el Kremlin para justificar su intervención militar en Ucrania.

Un escenario político influenciado por Trump

El resultado de la votación refleja el nuevo equilibrio político en el ámbito internacional, marcado por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Su administración ha optado por relajar la postura de Washington hacia Moscú, alejándose de Kiev en el proceso. En este contexto, la Asamblea General se ha convertido en un reflejo de cómo los países están redefiniendo sus posiciones en medio de una guerra que sigue sin visos de resolución.

El futuro sigue siendo incierto

Hoy, tres años después del inicio de la invasión rusa, el conflicto sigue dejando cicatrices profundas en Ucrania, tanto en términos de pérdidas humanas como de consecuencias sociales y económicas. A pesar de los esfuerzos diplomáticos y de la presión internacional para encontrar una solución, el futuro sigue siendo incierto. Mientras los programas de ayuda humanitaria se reducen, muchas familias enfrentan deudas crecientes y dificultades para reconstruir sus vidas. Según la Cruz Roja, la inversión en procesos de inserción socio-laboral es clave no solo para la recuperación económica, sino también para la estabilidad psicológica de las personas desplazadas ya que a reconstrucción no solo es material, sino también social y emocional.

En el tercer aniversario, los líderes de Ucrania y los países nórdico-bálticos han reafirmado su compromiso con la soberanía y la integridad territorial ucraniana. En una declaración conjunta desde Kyiv, los presidentes de Finlandia, Letonia, Lituania y Ucrania, junto con los primeros ministros de Dinamarca, Estonia, Islandia, Noruega y Suecia, condenaron la agresión rusa, advirtiendo que «el resultado de la guerra tendrá efectos fundamentales y duraderos en la seguridad europea y transatlántica».

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