lunes, febrero 24, 2025
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Juicio histórico en Francia contra un cirujano acusado de abusar de 300 menores durante 25 años

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La ciudad de Vannes, en la Bretaña francesa, se ha convertido hoy en el escenario del juicio más grande por pederastia que haya visto Francia en décadas. Joël Le Scouarnec, un cirujano de 74 años, es acusado de haber abusado sexualmente de cerca de 300 niños durante más de 25 años, aprovechando su posición como médico.

Un perfil criminal inesperado

Le Scournac, hombre casado y padre de tres hijos, habia empezado su carrera de cirujano en el año 1983, en una clínica de Loches, en la que estuvo trabajando una década. Siguió ejerciendo en otra otra institución de Vannes durante otros doce años en los que hizo sustituciones en varias ciudades más del oeste de Francia, donde tuvo acceso a menores de los que abusaba: Morlaix, Saint Brieuc y Acenis, entre otros. Su modus operandi se basaba en actuar tras las intervenciones médicas, cuando las víctimas seguian bajo los efectos de la anestesia.

A partir de 2003, se estableció en el hospital público Quimperlé y en 2008, ya divorciado y tras ser condenado en 2005 a 4 meses de prisión por posesión de material pedófilo y pornográfico, fue trasladado al de Jonzac, donde siguió ejerciendo hasta su jubilación en 2017. Solo fue después de un abuso a una vecina, una niña de apenas 6 años, que fue finalmente arrestado en 2017, lo que desató una investigación policial que ha destapado la magnitud de sus crímenes.

Sus diarios: la prueba definitiva

En el registro a su domicilio se encontraron 30.000 archivos digitales, incluidos diarios escritos por el propio Le Scouarnec, donde detallaba meticulosamente cada uno de los abusos que cometió. «Soy un pedófilo», llegó a escribir describiéndose en uno de los textos, y en ellos identificaba a sus víctimas con nombres, fechas de nacimiento y descripciones físicas. Las autoridades han identificado a 314 víctimas, aunque no se descarta que haya más casos.

El cirujano, quien fue descrito por sus conocidos como un hombre «carismático», llevaba una vida aparentemente normal: casado, con tres hijos, y respetado en su profesión. Una fachada que, junto al método de registro de los crímenes, nos recuerda al polémico caso Pelicot. En sus escritos, tambien se autodenomina como un «pedófilo incestuoso» y se muestra orgulloso de las atrocidades cometidas.

Un juicio histórico

En el juicio, que se espera que dure varios meses, se tratarán más de 299 expedientes. Aunque los gendarmes llegaron a identificar 314 víctimas, la defensa del acusado pidió que se archivaran los procedimientos de 85 afectados por prescripción. Los cargos incluyen violaciones, agresiones sexuales agravadas y atentados al pudor cometidos con violencia o sorpresa. Las víctimas, muchas de las cuales desconocían por completo que habían sido abusadas, se enteraron solo años después, cuando los investigadores les informaron sobre su vinculación con el caso.

Los jueces del Tribunal de lo Criminal de Morbihan decidirán sobre la culpabilidad de Le Scouarnec respecto los cuatro delitos, que le podrían suponer un máximo de 20 años de prisión, ya que las penas no son acumulativas. Este proceso judicial ha atraído una atención masiva, con más de 250 periodistas acreditados, y se espera que los detalles del caso arrojen luz sobre cómo Le Scouarnec pudo haber operado con impunidad durante tantos años. Además, se abrirá el debate sobre las negligencias en el sistema de salud y la falta de vigilancia sobre los profesionales médicos, que permitieron que este caso pasara desapercibido.

Reacciones dentro del sector médico

El juicio ha generado gran conmoción en la opinión pública, pero dentro del gremio médico no ha suscitado la misma repercusión. Justin Bassene, anestesista en el hospital central francés de Calais, en declaraciones a ESTRELLA DIGITAL señala que «entre profesionales médicos, al menos en mi entorno, no se ha comentado la noticia. El mismo ministro de Sanidad de Francia (Saint-Martin-d’Hères) es médico y no ha dicho nada al respecto, no se trata de un caso aislado en nuestro país». Bassene, sin embargo, recalca que «como médico y persona, por supuesto que condeno estos actos, pero no es nuestro trabajo velar por la seguridad de los niños, ese es el trabajo de nuestros políticos, que nos han fallado. Al final, no estamos hablando de ninguna negligencia médica, se trata de un perturbado al que tiene que caerle todo el peso de la ley».

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