viernes, octubre 18, 2024
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Queridos Reyes Magos…

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Ni quito ni pongo Rey, que diría Sancho, pues yo me quedo con cualquiera de los tres Reyes Magos de Oriente. Me da igual que sea Melchor, Gaspar o Baltasar.

Primero, porque son los únicos, junto a los cuatro de la baraja y, posiblemente, la Reina de Inglaterra, que seguirán existiendo según aquel «profeta» llamado Faruq, que también fue rey.

Segundo: porque son los únicos reyes en los que creo. Ninguno de ellos me ha decepcionado jamás. Por el contrario, los otros reyes cada vez me desilusionan más.

Pero como la ilusión es una fe desmesurada, según Balzac, les he escrito una carta a los tres Reyes, pidiendo, no sólo para mí, para los míos y para mis amigos, sino también para los Reyes de España y familia, incluidos los adosados, que, como los Reyes Magos, eran hasta hace poco tres, pero de un tiempo a esta parte ya sólo quedan… dos.

Para Don Juan Carlos: ¡larga vida, Majestad! Que no es poco. Me ha tranquilizado saber, porque así «lo ha largado» su esposa, que «nunca abdicará y que se morirá como Rey». ¿Dentro de diez años, de quince o tal vez de veinte? Como todavía es un joven de 70 años, ¡vaya usted a saber!

Sé que le preocupa que los juancarlistas de hoy no se conviertan en felipistas cuando usted falte. Lleva razón con estar preocupado. Sus méritos, Señor, no son hereditarios. Su hijo sólo recibirá, si es que lo recibe algún día, los derechos dinásticos. Lo demás está por ver.

Además, Majestad, dentro de diez o quince años ¿existirá España como nación?, ¿existirá la monarquía?

Por todo ello, ¡larga vida! le he pedido a los Reyes de verdad.

Para Doña Sofía: les he pedido a los Reyes de Oriente que le devuelvan la profesionalidad perdida y la discreción. Si la educaron, desde niña, para no llorar en público, también para no hablar cuando no debe. Con ello ha dejado de ser esa profesional que tanto admirábamos.

En cierta ocasión confesó que «en mi vida, lo que importa, lo que interesa a la gente, es lo que atañe a la Corona, a la familia real española, al Rey, a los intereses del pueblo español. Nada más».

También les he pedido a los Reyes Magos que le traigan una pluma estilográfica para su colección y una cajita de lápices de colores que tanto le gustan.

Para el Príncipe: que no olvide nunca que él es el rey de su casa y ella tan sólo la consorte.

Para Letizia: intentar que no se le note que manda tanto. Aunque para ello tenga que someterse a una cirugía estética de su carácter. También que, repitiendo trajes, ayude a tirar del carro.

Para Elena: que el cese temporal sea legalmente definitivo y pueda reconstruir su vida sentimental con el hombre que ama.

Para don Jaime Marichalar: que acepte que ya no es el duque y que no le quiten más consejos de administración.

Para Cristina: una sonrisa, ¡por favor!

Para Iñaki Urdangarín: menos ansias de negocios y de dinero.

Para todos: felicidades.

Jaime Peñafiel

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