viernes, octubre 18, 2024
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Un año decisivo para Zapatero y Rajoy

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El año que acaba de comenzar es un año claramente electoral en el que se dilucidará si el presidente del Gobierno y su partido se despegan claramente del PP, con el que los últimos meses han estado prácticamente en «empate técnico» -y así lo indican las primeras encuestas publicadas los primeros días del año, que empiezan a arrojar una recuperación del PSOE- o, por el contrario, el PP consigue avanzar en algunas de las elecciones que tendrán lugar en los próximos doce meses y Rajoy consolida su liderazgo dentro del partido.

Para Zapatero el reto está en convencer al país de que sus medidas económicas para combatir la recesión dan el resultado prometido: creación de empleo en la primavera y finalización de la recesión a finales del año.

Estos pronósticos optimistas tienen poco que ver con los avances de los servicios de estudios de las grandes instituciones financieras, que anuncian precisamente lo contrario: más paro en primavera, aunque los ayuntamientos creen cierto empleo coyuntural, y amenazas no de recesión sino de depresión a finales del año que acaba de comenzar. Por ahora, las primeras encuestas no castigan a Zapatero, ni dentro de su partido se pone en duda su liderazgo, aunque sí arrojan un desgaste de un Gobierno que apenas tiene ocho meses de vida.

Tanto las encuestas de El Mundo y La Vanguardia como la de Público dan al Partido Socialista una ventaja de entre uno y tres puntos sobre los populares, lo que significaría que la opinión pública está valorando más que la prensa la labor que está haciendo Zapatero para combatir los efectos de la crisis económica.

Para Rajoy, que en principio debería tener el viento a favor, por la crisis económica, el reto es más complicado que para el presidente del Gobierno porque tiene que consolidar su liderazgo dentro del partido y terminar con la sensación de conspiración continua que existe en Génova y de la que ha llegado a quejarse públicamente la nueva secretaria general, María Dolores de Cospedal.

Adelantándose a los acontecimientos, Mariano Rajoy ya se ha encargado de recordar que él no se presenta a ningún tipo de elección, que las elecciones son autonómicas en algunos casos y europeas en otro, en las que no se debatirán los problemas nacionales sino, simplemente, nuestro papel en Europa y que, en todo caso, estas últimas serán un test para el Gobierno si recibe, como él espera, un voto de castigo.

Rajoy cree que salvando los muebles en Galicia -donde Alberto Núñez Feijoo tendrá, por lo menos, que sacar los mismos diputados que el anterior presidente gallego Manuel Fraga-, no perdiendo diputados en Euskadi (situación difícil, ya que parte del voto españolista puede ir por eficacia al Partido Socialista y el descontento al Partido UPyD de Rosa Díez) y rentabilizando el posible voto de castigo al Gobierno en las elecciones europeas, nadie va a discutir su liderazgo.

Debido a ese último extremo hasta ahora no ha querido revelar quién encabezará las elecciones europeas, si bien este domingo ya ha hecho pública la candidatura de Jaime Mayor Oreja (elección que sería interpretada como un triunfo del sector crítico ya que hasta Esperanza Aguirre ha apostado por él), descartando a Alberto Ruiz-Gallardon, hasta ahora cercano a Rajoy pero abandonado a su suerte en la lucha por el poder dentro de Caja Madrid

Rajoy que no confía mucho ni en Galicia ni, por supuesto, en Euskadi, tiene puestas todas sus esperanzas, según le ha «vendido» Pedro Arriola, su asesor de cabecera -que en su momento influyó decisivamente para que siguiese al frente del partido tras la derrota en las generales del pasado mes de marzo-, en que su gran oportunidad está, precisamente, en las elecciones europeas, en las que, en efecto, se puede producir ese voto de castigo al Gobierno, por su política económica y por el aumento espectacular del paro.

Parte de ese descontento puede ir, sin embargo, al partido de Rosa Díez, que sería uno de los grandes beneficiarios del desgaste gubernamental, según coinciden en apuntar las tres encuestas (El Mundo, La Vanguardia y Público) que vieron la luz el pasado fin de semana.

P.S.: Al final, a la vista del malestar que han producido las encuestas electorales del pasado fin de semana y ante el temor a la reacción de los críticos, Mariano Rajoy decidía el domingo por la tarde sin esperar a la convención del partido, que se reúne el 23 de enero, ni a la clausura de las fiestas después de Reyes, hacer público el nombramiento de Jaime Mayor Oreja como cabeza de lista para las europeas del 7 de junio.

La «rápida decisión» era comunicada por ‘sms’ de móvil a los integrantes del Comité Ejecutivo del partido. Todo un síntoma de la situación y reflejo de una forma de actuar.

José Oneto

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