La Reina Doña Sofía reconoció, hace ya tiempo, que ella es, quien es, porque está casada con el Rey. Su título es Reina consorte. «el Rey, es él».
Letizia no parece contentarse con ser solo la consorte del Príncipe. El reciente viaje, a los Estados Unidos ha demostrado que desea tener un protagonismo, al mismo nivel que su esposo participando, incluso, en reuniones con analistas políticos para abordar «las prioridades del mandato de Obama; Afganistán; las posibles alianzas en Iberoamérica; las relaciones trasatlánticas y el futuro de la OTAN».
Letizia en estas reuniones no solo ha actuado de oyente sino que se le podía ver (foto en el ABC página 23 del pasado viernes) «aconsejando» al Príncipe lo que tenía que decir.
Este columnista, que ha acompañado a los Reyes en más de un centenar de viajes oficiales, nunca, jamás, ha visto a la Reina comportarse de tal manera.
No hay duda que Letizia no quiere ser como ella. Además, no lo disimula.
No está dispuesta a aceptar que, en los viajes oficiales, haya dos programas. Como suele ser habitual. Uno para el Jefe del Estado y Heredero y, otro para la consorte, por lo general con visitas culturales o a centros benéficos.
Dicen que Letizia se prepara los temas con la pasión de un opositor a notaria. También que es más inteligente que el Príncipe. (Todas las mujeres lo son más que los hombres. Incluso las que no lo parecen). Pero, no es bueno que, en este caso concreto, se note tanto.
Desde luego el modelo a seguir por ella no es el de Doña Sofía. Ya le dijo la Reina a la Urbano, en ese libro que tanto daño le hizo: «estoy aprendiendo mucho de Doña Letizia», una consorte a quien no me imagino de sufridora esposa.
¡¡Cuidado, Señor!! Lo de ser profesional se lo está tomando al pie de la letra.
Jaime Peñafiel