Según estadísticas fiables del Banco de España, la morosidad no ha crecido en marzo: se situó en el 4,17%, cinco centésimas más que en febrero y 37 más que en enero. Los datos responden a los presentados por las entidades financieras al Banco de España, aceptadas por éste como buenas, aunque no asumidas por el supervisor.
Cuando menos, el dato es sospechoso, casa mal con los demás indicadores económicos del pasado mes de marzo. Y como casa mal, justifica un serio temor de ocultamiento de datos, de gestión hábil, de mago, de los créditos y sus cobros de intereses.
El sistema financiero español tiene prestados al mercado 1,85 billones de euros, de los cuales 80.000 millones están contabilizados en mora y, por tanto, parcial o totalmente provisionados.
Las cifras son poco creíbles, sobre todo a la vista del estado financiero del sector inmobiliario, principal deudor de bancos y cajas. El ocultamiento o el retraso en el reconocimiento de la morosidad efectiva puede tranquilizar a los ingenuos pero también alargar la salida de la crisis y agrandar la dimensión del problema.
En el Banco de España están sobrados de información y de criterio para aceptar esos datos y mirar a otro lado, o imponer criterios contables más exigentes, especialmente en la valoración y calificación de los riesgos.
Los activos valen bastante menos que hace un año, lo cual significa riesgos sobrevenidos extraordinarios. ¿Cómo se traslada eso a los balances y a las cuentas de resultados? ¿Cuántos intereses anotados se han cobrado de verdad? Las elogiadas provisiones genéricas y las anticíclicas que adornan el sistema financiero español ya están agotadas con la actual tasa de morosidad. Si no crece no habrá problemas, pero si la crisis se alarga, los bancos y cajas no pueden llamarse andana.
El estancamiento de la morosidad en marzo escama, es poco creíble y da la sensación de que quieren hacernos tragar un sable. Por buena gestión de cobros y recobros que hagan bancos y cajas, lo de marzo es demasiado bueno como para que sea cierto.
Fernando González Urbaneja