El Santander da un paso adelante en la moda de las «participaciones preferentes» con una prima de riesgo modesta, inferior a la que se considera recomendable. Ofrece a los inversores 2.000 millones de euros al 5,75% el primer año, 4,75% el segundo y un diferencial de 2,2 puntos sobre euribor a tres meses los siguientes. La oferta más modesta de las planteadas hasta ahora, que tienen un techo por encima del 8% en alguna caja de ahorros apurada por el cumplimiento de coeficientes de garantía y solvencia.
Muy seguros de sí mismos se deben sentir los del Santander para someterse a semejante prueba de confianza entre sus clientes de ahorro. A su favor tienen que quienes acudieron a la última ampliación de capital, planteada en momentos muy duros, hoy pueden materializar unas razonables plusvalías. En contra, quienes acudieron a la colocación de bonos convertibles de hace año y medio, cuyas expectativas sieguen siendo bastante desfavorables. Y más en contra aún los pillados en operaciones fallidas de productos de terceros (Madoff y Lehman) o en el fondo inmobiliario.
Es probable que los directivos del Santander quieran mandar al mercado una señal de confianza y fortaleza en vísperas de la junta general que celebrarán en Santander la próxima semana.
También es evidente que, con todas las reservas y cautelas que se quieran, las participaciones preferentes son un producto de moda que tienen acogida y que ocupan un espacio en la cartera de los ahorradores. Veremos cómo acaba la historia y si finalmente el producto se instala como instrumento adecuado e interesante para un tipo de cliente.
En cualquier caso, no se trata de una colocación más que produce indiferencia, merece la pena seguirla en el mercado primario y luego en el secundario, que la va a someter a dura prueba de resistencia y calidad.
Fernando González Urbaneja