Como el presidente del Fútbol Club Barcelona, Joan Laporta, no reúna lo antes posible una ‘oferta escandalosamente escandalosa’ con la que convencer al Valencia y fichar a David Villa, a más de un seguidor culé le puede dar algo. Está con la mosca detras de la oreja al ver como su Barça guarda un inquietante ayuno de fichajes y el Real Madrid continúa imparable su carrera de contrataciones, a cual más galáctica y sonada.
Los medios de comunicación afines al Barcelona piden a sus lectores azulgranas que no cunda el pánico entre ellos. Esgrimen, no sin razón alguna, que es el Madrid de Florentino el que tiene la necesidad imperiosa de construir un equipo. El Barça sólo tiene que retocar algunos puestos. Pero este argumento no sirve para levantar el alicaído ánimo del barcelonismo.
Ni tampoco se conforma el seguidor azulgrana con que se le intente calmar su nerviosismo con chismorreos malignos como el poner en duda el trabajo de Jorge Valdano como director general deportivo «cuando el que ficha es Florentino Pérez». O apodar a Manuel Pellegrini como el «entrenador invisible».
Por eso Laporta debe darse prisa en anunciar el fichaje del goleador internacional Villa una vez que todo parece venirle de cara tras el pase del francés Benzema por el Madrid. Pero, eso sí, deberá tener mucho cuidado. Tendrá que hacerlo sin sacar pecho y con las precauciones de que Florentino no se entere del día que lo va a anunciar a sus socios. Florentino es capaz de convertir el flamante fichaje de David Villa en una noticia de segundo orden. Vamos, lo mismo que en su día ensombreció la histórica tripleta del Barça con el fichaje de Cristiano Ronaldo. Laporta no puede fiarse de un exultante Florentino.
Y es que al insaciable presidente del Madrid aún le quedan muchas balas en la recámara para acaparar la atención del mundo mundial y empequeñecer los grandes logros del eterno rival. Los fichajes de Xabi Alonso, Ribèry, Silva, Arbeloa… pueden saltar en cualquier momento. Para eso lo ha llamado el socio madridista.
Antonio Cubero