miércoles, enero 22, 2025
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El Popular ya no es lo que era

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La crisis financiera se ha llevado por delante la magia del Popular, aquel carácter que le convertía en el mejor banco del mundo, una empresa singular, fuera de las comparaciones, no era ni grande ni mediano, no comparaba, iba por su cuenta, como que jugara a otra liga. Ya no es así, ahora es un banco como los demás, con luces y sombras, con sufrimiento.

Sigue siendo un buen banco, pero ubicado en los parámetros de los demás: brillante por su ratio de eficiencia, 28%, el mejor del mundo; pero no tanto por su tasa de morosidad, 4,4%, que es mayor que la media, para asombro de los analistas con experiencia.

El Popular comparaba con los grandes, a cuyo club pertenecía, y les abochornaba en las comparaciones. Incluso aspiraba a ser pieza dominante en una hipotética fusión de bancos madrileños. En realidad no quería fusionarse con nadie, prefería que lo hicieran los demás y aprovechar sus distracciones inevitables para crecer más deprisa, tal y como hizo en otra etapa precedente, la que le convirtió en grande.

Peor no hubo fusión de madrileños, los viejos, el Bilbao y el Santander, se repartieron todo lo demás menos al Popular, que se ha quedado a competir con los medianos engrandecidos a base de compras (Sabadell), con las cajas y con un filial venido a menos pero que aspira a la excelencia, Banesto.

Popular y Banesto comparan con ventaja para uno u otro según en qué. Hubo un tiempo en que había Valls-Taberner en el consejo del Popular y en el de Banesto. Una boda de ambos bancos antes de Mario Conde, que pudo haber ocurrido, hubiera alterado el mapa de la banca. Aquella suma era buena, de mucho octanaje, pero no ocurrió, no tuvieron valor o carecieron de visión estratégica. Ahora los dos bancos computen en la liga local como entidades eficientes, pegadas al terreno y comerciales.

Los resultados semestrales del Popular son mediocres para sus objetivos, buenos para la que está cayendo, e indicativos de una fase de ajuste. Con un balance parecido en tamaño con Banesto (120.000 millones de euros de activos), aunque con casi el doble de volumen de negocio (margen de explotación de casi 800 millones Banesto y de más de 1.400 el Popular), y un beneficio neto un 10% superior el del Popular (442 millones de euros) que el de Banesto (409). Y al lado de ambos, el Sabadell, que compite con algunas ventaja y evidentes pretensiones. Los del Sabadell no ocultan su vocación de crecer sumando tamaños semejantes, estarían dispuestos a integrarse con el Popular para ir más lejos, pero todos están enfocados hacia una competencia en calidad y excelencia para merecer la confianza de una clientela y de unos inversores con buen gusto por lo bueno.

Por lo que han dejado notar los responsables del Popular, la fase de ajuste y de limpieza de balance está superada, el ajuste está hecho y la morosidad contenida, pero eso habrá que acreditarlo en el segundo semestre, que ofrece la posibilidad de un cambio de sesgo en los resultados: si la caída del beneficio respecto al primer trimestre del 2008 es del 35%, el segundo semestre puede cambiar de signo.

La secuencia semestral ha sido: 677 millones de beneficio en el primer semestre del 2008, 374 millones en el segundo semestre de ese año; 451 millones en el semestre ya pasado, que pueden repetirse y algo más en el semestre actual, para casi igualar el resultado del año anterior y normalizar la situación.

Fernando González Urbaneja

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