Las ganancias que están cosechando los inversores que han apostado por los fondos de inversión de renta variable no están generando la atracción que podría esperarse hacia estos instrumentos de ahorro. Una situación que además coincide con el desmontaje de los tipos de interés que venían ofreciendo las entidades de depósito durante los últimos meses, espoleados por las necesidades de liquidez de las entidades financieras. La gradual normalización de la liquidez en el sector financiero, sobre todo tras la inyección masiva de dinero por parte de los bancos centrales, ha roto la dinámica de escasez en el mundo del depósito, lo que ha provocado una caída muy significativa en las remuneraciones de los depósitos. Una buena parte de estos depósitos, contratados hace unos meses a plazos de hasta un año, todavía se mantiene en las cuentas bancarias, pero tomará rumbo hacia otros destinos de aquí a finales de año, lo que permite abrigar algunas esperanzas de que ese dinero sirva para dinamizar otros mercados, quizás entre ellos el bursátil. Si lo hace vía fondos o directamente, ello dependerá de muchas circunstancias, entre las cuales quizás influyan en estos próximos meses las de tipo fiscal debido a los cambios en la fiscalidad y en el tratamiento de las rentas del capital.
La Bolsa en todo caso está siendo un mercado atractivo. Sus rendimientos no son en la actualidad decepcionantes sino que pueden ser considerados altamente atractivos, sobre todo en algunos segmentos de la renta variable internacional, concretamente en los mercados emergentes, en donde los inversores, aunque minoritarios, están cosechando ganancias superiores en muchos casos al 50%. En la Bolsa española, los fondos con ganancias por encima del 20% son también numerosos. El dinero, de momento, sigue sin entrar y muchos inversores están perdiendo una buena oportunidad de rentabilizar su ahorro.
Primo González