Como si de un moderno cuento se tratara, Fernando Alonso, última Cenicienta del Gran Circo, ha encontrado el zapato que mejor se le ajusta. La escudería Ferrari anunciaba de forma oficial su fichaje este miércoles, confirmando así los múltiples rumores que desde tiempo atrás situaban al asturiano en el equipo del cavallino rampante.
Fernando competirá durante al menos tres temporadas al volante del monoplaza más famoso de la historia, convirtiéndose en el segundo español que forma parte de la scuderia después de que Alfonso Cabeza de Vaca, marqués de Portago, fuese el primero en competir en otras categorías con la marca italiana entre 1956 y 1957.
Alonso cumple así su conocido sueño de ponerse a los mandos de un Ferrari, a la vez que consuma las ilusiones de millones de aficionados españoles a la Fórmula 1 y -cómo olvidarlo- las de Emilio Botín, sin cuya intervención el fichaje habría sido mucho más complicado, por no decir casi imposible. El patrocinio del Banco Santander hasta el 2014 ha sido la llave que ha permitido que se abran para el asturiano las puertas de Maranello.
El piloto que acompañará a Fernando como titular será Felipe Massa, abriendo así la puerta de salida a Kimi Raikkonen. El finlandés, el mejor pagado de todos los que componen la parrilla (27 millones de euros anuales), no ha dado aún confirmación sobre su próximo destino, si bien se especula con que podría volver a McLaren. El rubio de Espoo deja su volante al ovetense, pero no así su salario, ya que las cifras que se barajan para Alonso son de unos 20 millones por temporada. Es decir, menos de lo que cobraba en Renault.
El aspecto económico deja las cosas aún más claras. Alonso quería triunfar en Ferrari, aunque tuviera que reducir su salario. Ferrari le quería en sus filas, aunque ello implicase romper el contrato vigente con su segundo piloto. El Santander quería que esta unión se llevase a cabo, y puso los medios necesarios para ello. Como en un Tetris perfecto, todo encajó.
Los triunfos compensarán sobradamente esa diferencia monetaria para Fernando, que a sus 28 años de edad podría aspirar a culminar su carrera a las órdenes de Stefano Domenicali. Unos triunfos que ahora todos soñamos con volver a disfrutar muy pronto. A los mandos de un Ferrari, el Mundial 2010 será otra historia.
Miguel Ángel Rodríguez