Por práctica unanimidad también se aprobó la renovación de la Ejecutiva, el relevo generacional en la dirección del partido, y la ponencia política, en la que se han dado algunas filigranas para reafirmar el valor de «cambio» en Euskadi (de la mano del PP) y al tiempo dejar abiertas otras alianzas y no comprometerse explícitamente con el PP.
López ha dicho a sus compañeros que el pacto con el PP es firme en toda la legislatura. No ha hablado de futuribles, el tiempo lo dirá. Cualquier cosa que comprometiera ahora (las próximas elecciones locales serán en el 2011) pondría en solfa su tan reclamada opción de «transversalidad». Pactos con el PP, pactos con el PNV. Ora aquí, ora allá.
El congreso ha transitado por un mundo feliz. Veteranos socialistas como el ex alcalde de Barakaldo, Carlos Pera, o Ana Urchueguia, primera edil de Lasarte, antaño ‘redondistas’, salían sonrientes del congreso en el Euskalduna de Bilbao. Tan sólo Leire Pajín pudo pasarse con el vinagre, al decir en Bilbao que los ciudadanos vascos no pueden fiarse del PP. Desde Madrid, González Pons respondió al envite, aludiendo a su familia «de tránsfugas». Todo marcha bien.
Relevo generacional
El socialismo vasco apuesta por nuevas caras en la dirección, lo que califican de relevo generacional. Mikel Torres, el alcalde de Portugalete, nacido en 1970, será el nuevo hombre fuerte del PSE, al asumir alguna de las principales tareas hasta ahora concentradas en Rodolfo Ares, que pasa a un segundo plano en el partido para volcarse en Interior.
Patxi López blinda así la nueva dirección socialista vasca con el triunvirato Torres, Alfonso Gil (secretario de Organización) y José Antonio Pastor (portavoz del Parlamento vasco).
Torres será la nueva cara de un partido que deberá reafirmar su perfil político frente al mensaje institucional. Los hasta ahora dirigentes del PSE, López y Ares, están en otras funciones. Torres y Alfonso Gil (esposo de la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia) podrán contar con los veteranos del partido como José Antonio Pastor y con la atenta observación en la presidencia de Jesús Eguiguren.
Chelo Aparicio