El panorama económico y político español es desolador. El país está en la ruina económica, con un gigantesco déficit público, la continua destrucción del tejido empresarial, con serios problemas en el sistema financiero y con alarmantes cifras del paro. Todo bajo la batuta de un presidente incapaz, Zapatero, con un Gobierno que carece de cualificación para abordar la crisis y para alcanzar una gran pacto nacional. Algo imposible de imaginar hoy porque el Ejecutivo antepone su discurso populista a una acción de choque contra crisis, y porque el PP está sumido en una tormenta de liderazgo, con Rajoy desaparecido y sin autoridad ante los problemas de su partido.
Y para adornar tan dantesco e irresponsable espectáculo, en el que todos tienen su parte de responsabilidad, está estallando por todas partes un nuevo y gigantesco saco de corrupción, que empezó con el ‘caso Gürtel’, dañando severamente al PP y a varios de sus destacados dirigentes, y que ahora se extienden por el PSC-PSOE en el municipio barcelonés de Santa Coloma y por CiU, una vez que en esa trama aparecen alcalde y concejales del PSC, así como destacados miembros de CiU, que formaron parte del Gobierno de Jordi Pujol, como Alavedra y Prenafeta. A esto hay que añadir escándalos del PP en las islas Baleares, y de la dirigente de Unió Mallorquina, Munar, así como una larga colección de escándalos municipales, empezando por Marbella, lo que nos presenta un panorama lamentable y la sensación de que destacados dirigentes de la clase política roban mientras son muchos los ciudadanos que no tienen trabajo y sus familias sufren graves problemas económicos.
Estaban muy divertidos en el PSOE con el ‘caso Gürtel’ y sus consecuencias en el seno del PP, y ahora resulta que la corrupción ha estallado en Santa Coloma de Gramanet, donde gobernaba el PSC y se instaló una trama de corrupción de gran influencia a medias con conocidos personajes de CiU, como Macià Alavedra y Lluís Prenafetta, los estrechos colaboradores de pasados gobiernos de Jordi Pujol. Los que, con este escándalo, añaden un nuevo episodio a la larga historia de corrupción de CiU, donde están ocasos importantes como: Planasdemunt, Casinos, Tibidabo, Torras KIO, De la Rosa, el «tres por ciento del caso del Carmel, denunciado por Maragall, el de Pascual Estevill -juez corrupto que Jordi Pujol envió al Consejo General del Poder Judicial-, y más recientemente el caso de Millet en el Palau de la Música de Barcelona. Y ahora Santa Coloma. Un rosario de la corrupción nacionalista catalana, que explica claramente por qué CiU nunca denuncia las corrupciones de los demás. Sin olvidar otros casos de Unió, como los de los fondos de formación, etcétera.
Naturalmente, el PSOE que hoy lidera José Montilla ha sido cazado en este caso de Santa Coloma, con su alcalde, Bartomeu Muñoz -el sucesor de la dirigente del PSC Manuela de Madrid-, a la cabeza de una trama, en la que también estaban sus primeros concejales y un ex diputado del PSC. O sea, otro escándalo en las filas del PSC-PSOE, que tienen sus antecedentes en el famoso ex dirigente Sala, que fue una de las piezas claves de ‘Filesa’. Con lo que, digan lo que digan ahora desde el PSC, el empate nacional entre el PP y el PSOE ya está servido en esto de la corrupción nacional.
Y la economía española desangrándose a diario, la situación financiera en franca debilidad -ahora resulta que Moody’s tenía razón sobre el riesgo de los bancos españoles en el sector inmobiliario-, el paro y el déficit público creciendo sin parar y el diálogo económico, político y social roto y sin una perspectiva de solución. ¿Quién da más? Naturalmente, la responsabilidad mayor de esta situación la tienen Zapatero y el Gobierno de la nación.
Pablo Sebastián