¿Qué tendrá la Princesa? Según una revista de las llamadas del corazón, concretamente Diez Minutos: «Leticia sonríe pese a sus problemas familiares por exigencias de su trabajo».
Hay que reconocer que no se puede mantener la sonrisa permanentemente sin experimentar calambres. Es necesario de vez en cuando relajar los músculos.
Pero cuando Letizia deja de sonreír puede pensarse que se debe al mal humor. Porque su sonrisa es espontánea y expansiva, sobre todo cuando mira, maliciosamente embobada, al Príncipe. Sin embargo puede ser gélida su desaparición cuando menos se espera.
Esta semana intentamos descifrar por qué aparece triste.
La citada revista lo achaca a problemas familiares, que es mucho achacar. Al parecer, un primo hermano, David Enrique Rocasolano Llaser, que aparecía en la foto oficial tomada el día de la petición de mano en el Palacio de El Pardo, se encuentra, presuntamente, implicado en el ‘caso Cienpozuelos’.
El tema debe de ser serio porque el fiscal Anticorrupción ha pedido al juez que instruye el caso que lo llame a declarar.
Según la información, el primito retiró, en efectivo, nada menos que 385.000 euros de una cuanta corriente de una de las sociedades del testaferro del ex alcalde de Cienpozuelos. Al parecer con ese dinero se adquirió una de las viviendas de este individuo cuando ya había sido implicado.
Según el Rey, todos tenemos familia, familiares y parientes. Los problemas de nuestra familia puede que nos afecten. Tal fue el caso de Telma, la hermanísima.
El de nuestros familiares, más bien poco. Tal es el caso del primito en cuestión.
Lo de nuestros parientes, poco más o menos como los de nuestros vecinos. Nada.
Estimada Letizia: como ya te escribí en cierta ocasión, no debes olvidar que, de ahora en adelante, cuando te cruces con una persona, para ella será una ocasión única de verte.
Por esta razón, por esta circunstancia, deberías siempre sonreír, sonreír y sonreír. Y olvídate del primo trincón. Todos los tenemos.
Jaime Peñafiel