España arrancó el partido mejor que Argentina, dio un paso al frente para solventar el resultado a su favor antes de que algunos jugadores venidos a menos de la albiceleste -Gago, Tévez y Heinze, sobre todo- impusieran su ley con juego sucio y se puso 1-0 en el primer cuarto de hora con un gol de Xabi Alonso tras culminar una jugada de «olés» entre Silva y Villa.
El partido estaba diseñado para el disfrute y, poco a poco, se fue tornando en una caza al buen fútbol del equipo de Vicente del Bosque ante la siniestra presencia de un colegiado irlandés que dejó sin sancionar dos penaltis en el área argentina y «vivos» durante toda la contienda a más de un discípulo de Diego Armando Maradona, incomprensible artífice de una selección capaz de empequeñecer al mejor jugador del mundo, Leo Messi, y que, hoy por hoy, es lo más parecido a la antítesis del fútbol excelso que tan grande hizo a una doble campeona del mundo como Argentina.
Del partido, además de la merecida victoria por 2-1, también cabe sacar como un hecho destacable que esta selección española también sabe sufrir sin arrugarse ante las malas artes con la que los argentuos quisieron suplir su inoperancia.
Que pase la siguiente. Ya cayeron derrotadas ante los jugones de la Roja cuatro campeonas del mundo: Alemania, Italia, Inglaterra y Francia. Y anoche, Argentina, ni más ni menos que toda una doble campeona del planeta fútbol.
Ahora sólo le queda Brasil…
Antonio Cubero