El Parlamento vasco aprobó ayer, por primera vez en su historia, que Euskadi pueda albergar de nuevo partidos de la selección española de fútbol (también etapas de la Vuelta Ciclista a España).
Una esperada noticia que llega tras un largo paréntesis marcado por la situación sociopolítica del País Vasco de más de cuarenta años, exactamente desde el día que San Mamés festejó por última vez el triunfo de España frente a Turquía, en partido oficial de clasificación para la Eurocopa.
La clase política vasca ya ha jugado en Ajuria Enea su partido con triunfo del PSE, PP y UPyD frente a los votos en contra del PNV y Aralar.
Pero será a partir de ahora cuando se disputará el encuentro más decisivo e incierto. El que tendrán que dilucidar el Athletic Club de Bilbao, Real Sociedad, Alavés y demás clubes vascos.
A sus directivos y seguidores les corresponde qué hacer con la ‘patata caliente’ de decidir si pedir a la Federación Española de Fútbol -presidida, por cierto, por el vasco Ángel María Villar- partidos de España o seguir cerrándole las puertas de sus estadios.
Entonces será cuando efectivamente se verá si los aficionados del País Vasco podrán disfrutar in situ del fútbol de La Roja o si deciden seguir viéndola a través de la larga distancia de la televisión.
Antonio Cubero