Siguen estáticos los mercados de renta variable, con un alto grado de desorientación y con los inversores en posición poco o nada definida, ya que los indicadores económicos aportan pocas novedades y se alimentan de visiones parciales de la realidad, si bien suelen mostrar un sesgo básicamente alcista. Así ha sucedido este jueves con las cifras que se han dado a conocer en ambos lados del Atlántico, incluso en España, en donde el indicador de confianza de los consumidores ha experimentado en noviembre un apreciable aceleración. El Libro Beige de Estados Unidos, que emite cada mes la Reserva Federal, ha presentado este jueves una manifiesta mejoría respecto al mes anterior, subrayando sobre todo los avances del consumo privado, que en los últimos meses había mostrado señales de recuperación pero sólo debido a las mayores ventas de automóviles, muy apoyadas por el Gobierno. Ahora el consumo privado está reaccionando incluso al margen de este factor de apoyo. Pero los inversores siguen refugiados en su escepticismo o quizás en una valoración excesiva de los riesgos que se deben asumir para entrar en la renta variable. A la postre, sin embargo, las Bolsas están en posición muy favorable, en la antesala de los máximos anuales, pero ahí siguen desde hace algo más de dos meses sin expectativas claras de superar los mejores niveles del año. Es como si el ejercicio bursátil hubiera acabado en septiembre.
Con estas bases, los fondos no son una excepción en la desidia colectiva. El dinero no acaba de entrar en el sector, como han puesto de relieve los datos del mes de noviembre, sino que incluso sigue produciéndose un goteo continuado, que afecta sobre todo a los fondos de inversión garantizados que llegan al final de su vida útil con muy bajas ganancias y, por lo tanto, con pocos argumentos para persuadir a los inversores de que deben buscar otra oportunidad en este tipo de instrumentos, algunos de los cuales se están clausurando con liquidaciones inferiores a las del punto de partida. Esto significa que el inversor no pierde dinero, pero que recibe, dos o tres o cuatro años después, el mismo dinero que puso en su momento. Lo que es una forma de perder.
El mejor
FonCaixa Bolsa España 150 (Renta Variable Nacional) + 50,14%
Las mejores rentabilidades en los fondos de inversión que operan en el mercado español de renta variable rondan el 50%, es decir, 20 puntos por encima del Ibex 35, un rendimiento que obtienen los gestores mediante el empleo de derivados y futuros.
El peor
Beta España Valor (Renta Variable Nacional) + 12,68%
En el lado opuesto, los fondos bursátiles que invierten en la Bolsa española ganan algo menos que la mitad del Ibex 35, una situación que refleja las malas apuestas bursátiles de algunos gestores, sobre todo por exceso de riesgo en valores de pequeño tamaño.
Primo González