sábado, noviembre 23, 2024
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Aniversario deslucido

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Nadie le recordó en el Senado a Zapatero que este martes cumplía dos años de su segunda victoria electoral. En realidad, el presidente no derrochó alegría en esta ocasión, y su ánimo se le fue agriando con la embestida del portavoz popular. Pío García Escudero le recriminó la actitud «acomplejada y humillante» respecto a Cuba y Venezuela. Y como nada es casual, en este segundo aniversario Zapatero terminó su intervención diciendo: «Qué lástima, qué pena».

Aquéllos eran tiempos en los que no se veía la crisis y algunos dirigentes socialistas achacaron un sentimiento «antipatriota» a quienes tenían el mal gusto de anunciarla. Muchas cosas han cambiado. Dos años después, el Gobierno proyecta una cierta cultura de pacto y asoma la rectificación, como la de la vicepresidenta Elena Salgado: «Si el Gobierno hubiera podido prever la magnitud de la crisis, tal vez no habría eliminado el Impuesto sobre el Patrimonio, que, una vez que se suprime, es muy difícil reponer porque corresponde a las comunidades autónomas».

Su compañero de Gabinete, Celestino Corbacho, no tuvo un buen día. Tras suscitar una polémica por recomendar a los trabajadores que contraten planes privados de pensiones (lo que no implicaría, explicó, sustituir el sistema público) se enzarzó después en el Senado con la secretaria general del PP, provocando una bronca sonora. Proclamó que el PP se limitaba a «disfrutar» de las libertades conquistadas históricamente por el PSOE, lo que llevó a los senadores populares a un estado de irritación general. No debe de ser fácil para Corbacho ser el titular de un ministerio que no tiene una silla en la mesa anticrisis del Gobierno con los partidos políticos, por mucho que se esgrima que el diálogo social y la reforma de pensiones tienen otros foros. No tuvo un buen día y su malestar le llevó al esperpento.

Frente a estos envites, la unanimidad registrada en el Congreso en la toma en consideración de la proposición de ley presentada por el PP para aplicar el llamado «IVA del fontanero» no alcanzó la solemnidad. La prueba del algodón de la voluntad de pacto del Gobierno, había advertido Montoro la semana pasada tras la reunión en el Palacio Zurbano, para comprobar si el PSOE aprobaba la iniciativa del PP similar a la que acababa de anunciar el Gobierno y que había sido rechazada meses atrás. Los socialistas han precisado que aceptan la iniciativa porque «coincide con las medidas inmediatas presentadas por el Gobierno en la mesa de Zurbano», pero que la denegarán durante su tramitación por «una propuesta más efectiva». Un lío.

Vuelve el ‘Faisán’ este miércoles, aunque no esté Rubalcaba, y la escenificación de las abismales desconfianzas. Y en el Senado retornó la «guerra ilegítima» de Iraq y «Guantánamo», en boca de Zapatero, como arma para defenderse de otros ataques. Fue cuando don Pío le acusó de dar «oxígeno» al régimen cubano y tras tachar de «vergonzoso» que en vez de pedir explicaciones a Hugo Chávez por su supuesta vinculación con ETA parezca pedírselas al juez que las investiga. «Qué lástima, qué pena», decía Zapatero antes de recuperar el asiento. No estaba para brindis.

Chelo Aparicio

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