domingo, noviembre 24, 2024
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Qué más crisis

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Aun sin el auxilio del cuaderno azul que tantos días de gloria dio a los plumillas patrios, todo parece indicar que el presidente Zapatero va a afrontar la crisis de Gobierno en menos que canta un gallo. No es para menos, cuando una mano de ministros se ha dejado la eficacia y la credibilidad como pelos en la gatera, y lo que queda asemeja el panorama de cualquier amanecer de fin de semana en cualquier lugar de España después de despachada la botellona. Políticamente hablando.

Pero, ¿qué más crisis que la que tenemos encima?, podrá preguntarse el parado, el pensionista, el funcionario, el ama de casa que no llega a final de mes, el comerciante obligado a cesar en el negocio y hasta el cura que ve, domingo tras domingo, cómo mengua el cepillo. Seguro que millones de españoles pasan de crisis de Gobierno, porque la única crisis, cierta y agobiante, es ésta que padecemos sin consuelo desde hace dos años y cuya curva amenaza salirse del gráfico.

No obstante ha dado comienzo el divertido juego de las quinielas, asunto que siempre me ha dejado perplejo si lo miramos desde el punto de vista del rigor periodístico. Sin ninguna otra información que la de la afamada imagitedpress, sesudos comentaristas ponen en circulación nombres de nuevos ministros y aseguran saber el de los cesantes, siempre de fuentes bien informadas, faltaría más. Mientras no se demuestre lo contrario, esa información, por designio constitucional, sólo la posee quien está facultado para hacer los cambios. Todo lo demás no pasa de la conjetura, cuando no de la osadía de quienes tienen firma en los medios de comunicación. Al final, la realidad suele ser muy distinta, como ocurrió en abril del 2009 cuando nadie había olido las dos grandes sorpresas del nuevo Gobierno: Ángel Gabilondo y Trinidad Jiménez.

Cosa distinta es basar la información en hechos concretos. No es necesario haber estudiado en Salamanca para deducir con aproximación matemática que media docena de los ministros que hoy integran el Gabinete han hecho méritos sobrados para volver a casa. Y esta lista sí que es fiable en función de la puntuación -suspenso- que le otorgan las encuestas y de su alto grado de contribución a la crisis, muy mundial, es cierto, pero más española todavía.

Quienes no disponemos de la bola de cristal, entre los que humildemente me encuentro, intuimos, percibimos y casi tocamos con los dedos que este Gobierno está acabado y que la situación de nuestra economía requiere de un impulso para remontar el bache a que nos ha conducido la mala gestión, la improvisación, la alegría en el gasto público y, para empezar, el hecho insólito de que Zapatero no reconociera la crisis hasta que agua nos llegaba al cuello. Es el momento de elegir entre los mejores, que en el PSOE y sus inmediaciones los hay, para encarar el segundo semestre de un año lleno de dificultades. A esa crisis general de la economía nacional es a la que hay que presentarle batalla.

Francisco Giménez-Alemán

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