martes, noviembre 26, 2024
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¿España o elecciones?

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Cinco asaltos y el contrario que viene golpeado del largo ciclo que comprende los cinco asaltos anteriores, se revuelve, eleva la cabeza y golpea con fuerza al aspirante que, absorto en la estética de su forma de pelear y en agradar a los seguidores propios comienza a encajar, golpe a golpe, las andanadas del falso perdedor.

Rajoy ha dejado escapar vivo a Zapatero en su peor y más dramático momento. Son palabras que se escuchan en los pasillos de la Cámara a algunos diputados populares  tras la primera parte del Debate del Estado de la Nación, esa en la que se enfrentan el líder de la oposición y el jefe del gobierno, los mismos diputados del PP que buscan en el áspero intercambio de insultos y bravuconadas que se vierten desde las gradas, el eje que pase a la historia de este quinto y penúltimo debate y así oscurecer un poco más el triste paso de su jefe de filas por la tribuna.

No encuentra Rajoy la forma de driblar a su oponente. Incluso prediciendo las replicas, Rajoy se deja atrapar en las redes que le tiende el Presidente Zapatero, mostrándose evidente en sus dos puntos más débiles: la necesaria ambición suya y de su partido por aprovechar el momento de retroceso político del presidente y del PSOE, y el desinterés por presentar propuestas concretas o un programa tan claro como comprometedor.

ZP se ha deshecho de sus invectivas atreviéndose incluso a cuestionar el valor social del llamado milagro económico que Rajoy atribuye al PP en la década de los noventa y que el ex presidente Aznar considera patrimonio exclusivo suyo. En una dura réplica, Zapatero se ha vuelto a colocar al frente de las políticas sociales, del sostenimiento de las pensiones, de la política de dependencia y de los avances salariales de los empleados con niveles más bajos.

Por no hablar del momento en que tras enunciar el llamado «problema del Estatut», el líder de la oposición se perdió en la deriva al no definir siquiera con claridad la política del PP con respecto a Catalunya, en un lamentable requiebro de lo ves y no lo ves, donde dije digo cualquier otra cosa. Lamentable.

A punto de tocar la lona, el aspirante con mayor acopio de expectativas, se desvanece en una reiteración exhaustiva del principal reproche al Presidente: «señor Zapatero usted no ofrece confianza». Tiene usted razón, Sr. Rajoy he perdido parte de la confianza en esta crisis, pero no insista: usted no está para tirar cohetes», creo recordar tras haber anotado, como en la lotería, al oído. En ese momento Rajoy ya caía de cuerpo entero sobre el mismo suelo de lona en el que soñó crecer sobre su oponente hasta tocar el cielo de unas elecciones a medida.

Rafael García Rico

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