martes, noviembre 26, 2024
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Hombres franquicia: Maradona

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Hace muchos años acudí a un concierto de Bob Dylan en el campo del Rayo Vallecano. Mientras el gran Bob estaba cantando aquello de Forever Young con su voz imitable (he escrito imitable), bajo un amplio sombrero y detrás de una barba, empecé a sospechar que aquel señor no era el auténtico Bob y que este se encontraba descansando en Minnesota, mientras varios Bob Dylanes iban cantando por el mundo. Mediante esa sensación elaboré la teoría de los hombres franquicia que hoy tiene un nuevo protagonista: Maradona.

Conozco a varios Maradonas y es imposible que sean la misma persona. El primero era un chaval que jugaba maravillosamente al futbol hasta que le rompieron la pierna. Ahí apareció otro que se interesó mucho más por las noches mediterráneas y tal fue su vocación que lógicamente acabó en Nápoles.

Ignoro si conocen Nápoles. Una bellísima y españolísima ciudad italiana de la cual se habla que también es peligrosísima. Es cierto. No solo por lo de la camorra y todo lo que se habla, el principal peligro es que te atropelle una de las miles de Vespas que circulan a toda velocidad en dirección contraria. Allí nuestro segundo Maradona se encontró como pez en el agua y forjó gran parte de su leyenda que se destruyó en un control anti-doping.

Hubo un Maradona más grueso que adornó, como un olivo, el campo del Sevilla Fútbol Club durante un año, ya que el hombre parece ser que se movía poco. En paralelo, otro Maradona se liaba a tiros con los periodistas en Buenos Aires.

Existe un Maradona que intenta, yo creo que así sigue, jugar al golf en Cuba. El hombre está gordísimo y se fuma unos puros que le impiden bajar su hándicap.

Hay otro que vive en un palco del estadio del Boca Juniors e incluso existe la versión de un Maradona muy delgado que presenta programas de televisión, pese a que se dice que la tele engorda.

Últimamente ha aparecido otro con barba que se ha presentado como seleccionador y entrenador de Argentina. He descubierto que tampoco es el auténtico por un hecho clarísimo: no ha alineado a su yerno que atiende por Kun Agüero. El verdadero, un hombre apasionado, familiar y parcial lo hubiera puesto de titular indiscutible.

Entre todos estos hombres franquicias solo existe un factor común: todos llegan al éxtasis y acto seguido acaban mal. Pero eso no es su culpa. Es la cultura del tango que por lo general es algo autodestructiva.

Tal vez por eso es tan bella.

Paco Fochs

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