jueves, septiembre 19, 2024
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Justicia e igualdad “prêt-à-porter”

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Nuestra carta magna dice que los españoles somos iguales ante la ley. Tengo mis dudas con respecto a esta afirmación, mas para no alcanzar la digresión a la que llegaría si expusiera los motivos por los cuales opino que la “ciega balanza” se desarticula en excesivas ocasiones, diré que la gran dama justiciera se cubre los ojos con tul y que, a través de su malla octogonal con forma de venda, nos clasifica según el grosor de nuestras alforjas o el color de nuestro pelaje: es la moda prêt-à-porter de la legalidad, no apta para todos los bolsillos. 

Tanto los ciudadanos como los poderes públicos estamos sujetos al ordenamiento jurídico; sin embargo, si un individuo normal, usted, joven asalariado, usted, ama de casa, usted, mujer autónoma, usted, parado de larga duración, si usted osara reprobar una resolución judicial firme tendría que resignarse. En cambio, si un gobernante ni respetara ni tolerara una sentencia definitiva, bastaría con que modificara las leyes a su antojo para adecuarlas, sin levantar sospecha, en beneficio propio, o bien sería suficiente que convocase una manifestación ya que nadie podría ilegalizarla.  

Al españolito normal y corriente que se siente defraudado en sus derechos le resta utilizar los recursos y demás efugios legales, siempre que lo abultado de su cartera se lo permita. Las personas más desvalidas (las que delegan su representación en leguleyos o las que no pueden financiar los servicios de un abogado sagaz) se contentarán con imaginar a la justicia actuando con el mismo tesón que suele generar, en las togas bien planchadas, aquel poderoso caballero con cuyo nombre escribiera Quevedo una de sus satíricas letrillas. Por el contrario, si usted, ciudadano de a pie, fuera presidente del Gobierno o, en su defecto, mandatario de comunidad autónoma, podría permitirse, además, eliminar la palabra desacato del diccionario de la lengua española.

Según la Constitución todos somos iguales, pero ¿lo son nuestros votos? El señor Rodríguez Zapatero, durante el debate sobre el estado de la nación, le dijo a la señora Rosa Díez: “me parece un poco excesivo que usted, representando un escaño, se haga intérprete de la voluntad del conjunto”. Pues bien, la Sra. Rosa Díez representa, de momento, a 303.535 ciudadanos a quienes el presidente Zapatero ninguneó. ¿Hablaría de igual forma a los líderes de EAJ-PNV, ERC, BNG, CC-PNC, todas ellas formaciones políticas que recabaron menos apoyo popular que UPyD pero más escaños? No lo creo. No me extraña que el señor Llamazares se queje. IU, partido que consiguió más sufragios que CiU, se quedó con dos escaños frente a los once que logró CiU. ¡Diantre con el Sistema D’Hondt! ¿Justicia e igualdad para todos?

Mariam Budia

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