sábado, noviembre 23, 2024
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El mundo no es América

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La semana pasada se batió un récord aéreo. El avión ruso Tu-95 se mantuvo en vuelo 40 horas sin repostar y cruzó tres océanos: el Ártico, el Atlántico y el Pacífico. Fueron dos aparatos del mismo modelo, el Tupolev 85 MS Bear H. No son avionetas. Son aviones estratégicos equipados con cuatro motores, cada uno de los cuales monta varios rotores con hélices.

El teniente coronel Vladimir Drik estaba feliz. “Hemos sobrepasado el record anterior en cuatro horas”, dijo cuando se comprobó que estos bombarderos habían cruzado tres océanos, “cumpliendo las normas internacionales de aviación consistentes en no sobrevolar espacios de ningún país sino neutrales”, dijo la agencia de noticias.

La noticia fue radiada por la agencia Novosti pero no obtuvo ni un eructo en la prensa europea. Un bombardero de esos, cargando bombas atómicas, podría destrozar cualquier ciudad de Praga a Nueva York en un solo vuelo.

La cultura occidental está mirándose el ombligo permanentemente. Ciertas noticias importantes apenas atraen la atención porque no son “de las nuestras”. No es que haya una conspiración de agencias de noticias, pagadas por un club de malvados americanos o ingleses, que son quienes dominan las agencias de noticias. Es que el poder de lo americano es tan potente que oscurece los acontecimientos de otras latitudes.

Para saber qué está pasando en Rusia hay que conectarse a Novosti. Hay versión en inglés y en español. Para saber qué pasa en África, hay que conectarse a Africa News. Para saber qué pasa en India, hay que rascar en ‘The Times of India’. Y si queremos conocer qué está pasando en Japón, hay que ir al Asahi Shinbum.

Ir directamente, sin intermediarios.

Es la única manera de encontrar noticias importantes que no hayan sido sometidas al filtro de las agencias occidentales.

No se trata de un filtro malintencionado. Es un filtro nacido en la cultura de lo “interesante”. Hay cosas que son importantes y otras no lo son para los redactores jefe de las agencias, o de los periódicos occidentales con corresponsales en esos países. Ese filtro son sus prejuicios.

Leí la noticia del Tupolev en la web de Novosti (en inglés). Me pareció un record digno de mención. Leí en la web japonesa de Asahi (en inglés) que tres compañías niponas han inventado un aparato de aire acondicionado que funciona con energía solar. El invento es ya de por sí paradójico: la energía que nos hace pasar calor, sirve para que nos refresquemos. Pero aquí ni nos enteramos.

Todo esto demuestra que el mundo no es lo que vemos ni escuchamos cada día, a pesar de que hablemos de globalización y de que internet abre fronteras. Hay fronteras que no han caído: son las de los prejuicios. Seguimos teniendo una visión muy occidental y americanocéntrica de lo que sucede.

Carlos Salas

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