A cierta edad, hay una sensación que ya no se tolera: el aburrimiento. Es la nada. Soportar el paso del tiempo. Y el tiempo es el principal activo que tiene cualquier persona, por hablar en términos financieros. No en vano se dice que el tiempo es oro. Por ello el aburrimiento debería ser penado con multas al que lo genera.
No escribo sobre ese aburrimiento que tiene un niño inactivo y todavía sin recursos para combatirlo, de ahí la referencia a la edad. Más bien me refiero al pesimismo, la solemnidad, la envidia, lo previsible, la trascendencia, los excesivos egos, las expectativas frustradas, la falta de originalidad, humildad o sentido del humor. Los tópicos o los falsos planteamientos que todos ellos son los acompañantes y amigos del penoso tedio y su hermano mayor el hastío.
No se confíen ya que todas estas sensaciones acechan en cualquier rincón de la vida y te sorprenden cuando menos lo piensas. Es el momento de actuar con rapidez: hay que huir. Física o mentalmente, si las circunstancias o la educación impiden la primera opción.
Es falso que la monotonía sea una de las causas más decisivas del aburrimiento. Uno puede pasar horas, días, meses e incluso años sentado en una cómoda hamaca y con buenos libros. O escuchar reiteradamente la misma sinfonía. Como estos ejemplos puedo poner varios. No me aburro. Todo lo contrario. Para mí el tedio irritante surge cuando algo cansa y decepciona, aunque quizás ya lo tuvieras previsto.
Antiguamente era capaz de soportar ese cosquilleo físico que indica la llegada de la tan citada sensación con su ahogo correspondiente. Ya no. Pienso que están estafando mi tiempo. No me interesa ni criticarlo. Solo deseo olvidarlo. Mi mente ya está en otro lugar.
De todo lo cual se concluye que el aburrimiento, como todos los grandes males de la humanidad, lo causamos nosotros mismos: el llamado “personal humano”.
Así que uno acaba estas reflexiones antes de provocarles lo que tanto critico. Ya que ahora el panorama invita a todo lo contrario: a pasarlo bien; a no hacer mucho caso de lo que les comenten los pesimistas y en especial a que disfruten en paz sus vacaciones.
Por ello, nos vemos o nos leemos en Septiembre si ustedes y Estrella Digital quieren. Por supuesto.
Muchas gracias.
Paco Fochs