Estimado D. Alfredo:
En primer lugar debo confesar que tengo cierta debilidad por Usted como ministro, tanto ahora como en etapas anteriores. Reconozco que no soy objetivo con su persona en ese papel y casi todo, lo que dice y hace, me parece acertado. Más, si cabe, en estos tiempos en los que sigue siendo el miembro del gobierno más valorado. Además de su valía, con lo que tiene a su alrededor en el Consejo de Ministros, sobresale por encima de sus compañeros. Y Usted lo sabe
Sin embargo, D. Alfredo, sin embargo…, sus últimas actuaciones como militante y protector –otra vez- de Trinidad Jiménez, no creo que le hayan dejado en buen lugar. Y Usted, una persona sensible, es consciente de ello.
Si, como digo, en el Gobierno de España es el principal activo, como político de partido, evitaré decir que mete la pata. Pero al igual que le ocurría al lobo feroz suele enseñar la patita de vez en cuando. Y la ha mostrado muy mal.
Su influencia sobre ZP, como bien sabe, es casi ilimitada. Ha colocado a su íntimo Lissavetzky y, aunque no le costado ningún esfuerzo, ha influido notablemente para que Trini sea la candidata oficial del aparato.
Estupendo, Don Alfredo.
Pero, permítame que le diga: se le ha ido la olla. Su debilidad hacia su primaria candidata no le puede servir para denostar ni menospreciar a quien se lo ha currado. Y, menos, para decir medias verdades.
La élite del actual socialismo ha arropado a Trini. Pero se están olvidando de las bases, de los militantes. Si tiene alguna duda sobre ello, Don Alfredo, pregunte a Joaquín Almunia. Él tiene experiencia en perder primarias.
Y como Usted es tan madridista, como yo, hable con el peor presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz, que después de ganar la Octava perdió las elecciones con Florentino.
El feo que usted le hizo a Tomás Gómez diciendo que “su único activo fue decir NO a Zapatero” le va a pasar factura a su favorita. Muchos militantes socialistas de Madrid están encabronados –con perdón- por esas actitudes prepotentes.
Y ellos, estimado Don Alfredo, son los que van a votar en las primarias.
El juego sucio contra Tomás Gómez se antoja excesivo. Estos años, ustedes, podrían haber dedicado sus esfuerzos a hacer oposición al PP en Madrid. Pero claro, resulta que los cabezas de listas del PSOE huyeron. El único que, por encargo, ha mantenido el tipo ha sido el chico de Parla. Si hoy Gómez no es guapo, tampoco lo era cuando se hizo cargo del PSM.
Por muchas encuestas que tenga José Blanco, antes Pepiño, los electores, además de los militantes, se van a solidarizar con el maltratado. Ya se está ganando sus simpatías. No va a importar cuántos altos cargos se hacen la foto con Trini o quienes pronuncian estulticias como las que ha dicho Usted. Van a optar por la honradez.
Usted, y la élite del PSOE, están tratando como a un enemigo a quien ha trabajado por los socialistas de Madrid y por los madrileños en general.
Apreciado Alfredo, recordará el mal trago que pasó en el debate, de hace casi ocho años, entre Gallardón y Jiménez en la cadena autonómica madrileña. Usted lo vio desde su casa. La gran humanidad que Usted posee y, sobre todo, los nervios, le impidieron estar en el plató. Alberto hizo trizas a Trini. Seguro que no lo ha olvidado.
Imagine lo que puede pasar en un futuro e hipotético debate ante la Gran Señora de Madrid. Ya debe estar afilando uñas y armas si, finalmente, es su protegida la que sale candidata.
Debe estar levitando de placer gracias, entre otros, a Usted.
Por cierto, siendo como es Usted un especialista en comunicación, dígale a quien corresponda, que el tono empalagoso y artificial de su candidata favorita en su web de presentación, se nota y ya no se lleva.
Reciba un cordial saludo.
Alfonso García