El comienzo de curso no ha podido ser más abrupto. No ha habido periódico, ni tertulia ni pronunciamiento alguno que no apunte a una situación desastrosa del Gobierno y que, incluso, se haya comenzado a hablar con cierta naturalidad de elecciones, si finalmente el Gobierno no logra el apoyo del PNV para sacar adelante los Presupuestos.
La cita de Rodiezmo ha sido algo así como las cenizas del esplendor y Tomás Gómez nos ha recordado a todos al Zapatero entusiasta y cautivador de sus comienzos, al Zapatero sin canas. Para que nada faltara, ETA y la izquierda abertzale tratan de dirimir sus cuitas familiares, porque a esta situación y no a ninguna otra obedece el esperpéntico y “fraudulento” —palabras de Rodolfo Ares— comunicado de la organización terrorista, que es igual de terrorista tanto cuando mata como cuando por puro tacticismo dice que no lo va a hacer. Afortunadamente para todos, el ministro de Interior ya ha dicho que no se “fía un pelo”. Los demás tampoco.
Tal y como se dibuja el panorama, no vamos a tener un día tranquilo. Solo está tranquilo el Presidente. Preocupado, eso sí, por la situación económica, pero tranquilo. Tan sumamente tranquilo que no va a haber crisis de Gobierno en el sentido pleno del término. Corbacho será sustituido por algún “valiente” —Jáuregui sería un buen fichaje— y la suerte de Trinidad Jiménez está en manos del PSM. Pero, en principio, ahí va a quedar todo. Los esfuerzos más inmediatos se llaman Cataluña y Presupuestos. Ni siquiera la huelga general. Por exitosa que resulte nunca será como la que hicieron a Felipe González.
En Cataluña, el Presidente celebrará la Fiesta de la Rosa y los Presupuestos, que nadie lo dude, serán aprobados con el beneplácito del PNV aun cuando este acuerdo —el que sea— objetivamente debilite a Patxi López. Las encuestas, todas, dan al PSOE una consolidada pérdida de posiciones, pero nuestro Presidente es como es: audaz, cuando no temerario y siempre gustoso de bailar en el alambre. Y así va seguir hasta agotar la legislatura, con el añadido de que él, el Presidente, ya ha decidido si se va a presentar o no como candidato.
Charo Zarzalejos