Finalmente, los cancilleres del Uruguay y de Argentina firmaron las “notas reversales” relacionadas con el largo conflicto vinculado a la instalación del lado uruguayo, de la empresa pastera finlandesa UPM (ex Botnia), y que durante varios años ha mantenido, a esa altura del río, cortados los puentes hacia Uruguay por piqueteros argentinos. El fallo del Tribunal de La Haya, al que recurrió Argentina, estableció que la planta podía seguir sus trabajos pues no contaminaba el río, de acuerdo a pruebas presentadas por el gobierno kirchnerista, y señaló que deberá ser monitoreado en forma conjunta por ambos países. Así, han llegado a esta solución.
El acuerdo firmado establece estudios en el río y dentro y fuera de la planta UPM, así como en la desembocadura del río Gualeguaychú. A partir de ahora, la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) cuenta con sesenta días para comenzar esos controles. Para comenzar, ya se han designado dos científicos por cada país. Los controles comenzarán, a la vez, en la planta de UPM (ex Botnia) y en la desembocadura del río Gualeguaychú. Posteriormente se realizarán, de manera alternativa, en uno y otro margen del río Uruguay.
Se ha establecido que dentro de la planta de la fábrica de celulosa OPM, el Comité Científico (los cuatro expertos designados) “acompañarán” el monitoreo que en ella realiza habitualmente y desde siempre, la Dirección Nacional de Medio Ambiente del Uruguay. Se tomarán dos muestras simultáneas, una para cada delegación. Los ingresos a la planta UPM no serán más de doce por año. Las condiciones son iguales para el monitoreo de la desembocadura del río Gualeguaychú. Por lo demás, la CARU elaborará un plan de control de todo el río Uruguay, teniendo en cuenta los establecimientos agrícolas, industriales y centros urbanos que realicen evacuaciones significativas al río Uruguay.
El canciller de Argentina, Timerman, dio por terminado el conflicto con Uruguay. Tras la firma de este acuerdo, enfático, dijo que ahora daba “por cerrada cualquier posibilidad de protesta”. Pese a sus palabras, este fin de semana los piqueteros ambientalistas argentinos de Gualeguaychú impidieron el paso de vehículos en el puente una vez más, y amenazaron con recomenzar los cortes. Por su lado, el canciller uruguayo, Almagro, que mostró el mismo entusiasmado que su colega, tras rubricar este documento, ha debido aclarar que en Uruguay no piensa situar a UPM en otro lugar. El domingo, en la asamblea de los piqueteros ambientalistas argentinos, se dijo: “Queremos demostrar que Gualeguaychú sigue firme en la lucha, con el objetivo final de lograr el desmantelamiento de Botnia”.
Veamos, pues, como sigue este asunto que lleva varios años, desde el día en que la empresa finlandesa decidió que no se instalaría en el lado argentino, como pensaba hacerlo, sino en Fray Bentos, ciudad uruguaya sobre el borgeano “río de sueñera y barro”. Como siempre, en este tema, veremos.
Rubén Loza Aguerrebere